¿Has estado pensando en rescatar a un híbrido de gato pero no tienes ni la menor idea de qué hacer?
Pues aquí podrás encontrar unos consejos de cuidados a base de mi experiencia personal.
Prólogo: 22 - 03 - 2021
Inicio: 01 - 04 - 2021
Final:...
Tienen rutinas para muchas cosas, incluido comer, así que no te salgas de estas que sino se ponen raros.
Flashback
Mina me ha estado mirando fijamente desde hace diez minutos. La punta de su cola se movía con suavidad y casi no parpadeaba.
¿Qué le pasa? A veces me asusta.
Se estaba cocinando el pollo en el horno y obviamente iba a demorar su tiempo. Creo que ya han pasado unos minutos a la hora en la que siempre almorzamos.
Bueno, quería innovar un poco, hace tiempo no pruebo algo que no sea pescado ya que Mina es quien casi siempre se ofrece a cocinar. Espero que le guste porque sino se va a escapar al techo o va a arañar los muebles en venganza.
Sip, Minari es un pan de Dios.
— Chaeyoungie... tengo hambre.
— Espera un ratito más, Minari.
— Miaaaww, tengo hambreee.
Golpeé mi rostro con mi palma mientras soltaba un pequeño suspiro, esta mujer no tiene paciencia por Dios.
Me sorprendí cuando de pronto sus brazos me rodearon y enterró su rostro en mi cuello.
— Si la comida no está lista entonces te comeré a ti mientras tanto — murmuró mientras comenzaba a frotar su región inferior contra mi trasero.
Oh no...
Me he demorado mucho para hacer esta comida y no se va a desperdiciar por una híbrida calenturienta.
— ¡Y-Yah! Cálmate o sino te voy a hechar agua — reclamé, sintiendo su cuerpo abandonarme de inmediato. Cuando volteé pude notar que de estar a mis espaldas pasó a estar del otro lado de la habitación mientras creaba una especie de escudo con sus brazos.
— Ok, tú ganas — gruñó, dirigiéndose otra vez al sofá para dejarse caer allí.
Reí ligeramente, Mina detesta el agua en serio.
Después de esa extraña escena, ambas pudimos almorzar. Mina mostró su contento al elevar su colita y relajar sus orejitas, concentrándose en elogiar mis para nada sorprendentes habilidades culinarias y degustar cada bocado.
Yo sólo pude sonreír ante su ternura por cómo sus mejillas se inflaban al masticar.
Tiene una dualidad bastante grande, ¿no?
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