DESAHOGO

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Portland — estados unidos

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Portland — estados unidos

JNARA

Amigos, de esos con los que compartes secretos, pijamadas, noches de películas, sonrisas, con los que crees que siempre van a estar a tu lado sin importar las circunstancias. Tenía la errónea idea de creer en que la verdadera amistad existía. Y ahora me doy cuenta que es solo un simple título sin ningún valor.

Hubo noches en las que yo sola tuve que abrazarme fuerte, días enteros en los que yo me di ánimos para salir adelante, tardes en las que tuve que aconsejarme frente al espejo, lagrimas que yo misma limpié. De esto aprendí que puede abandonarme el mundo entero, pero mientras yo no me abandone, todo estará bien.

Mis manos sudan en los bolsillos de mi sudadera mientras camino por los pasillos del instituto, hace más de dos meses que no piso este lugar que me siento extraña, aun mas cuando varios estudiantes posan sus miradas en mí.

Respiro hondo cuando estoy a unos metros de secretaria, hay una fila de estudiantes esperando a ser atendidos, avanzo con temor de que noten mi presencia y comiencen a mirarme como un bicho raro.

Todo habría salido bien si en ese instante no hubiera soñado mi móvil, indicando un mensaje nuevo. El ruido los hizo voltear, sus miradas indicaban confusión total, algunos empezaron a murmurar cosas que no los podía oír, otros solo me dedicaban miradas de hostilidad, desprecio y rechazo. No entendía del porque me trataban de aquella forma, si la única lastimado y perjudicada fui yo y no ellos.

—¿Algún problema? —cuestioné observándolos —¿llego un nuevo payaso al circo? ¿o qué? —mi voz sonaba débil al momento de hablar, quería ser fuerte para que nadie notara que esto me estaba afectando.

Nadie contesto, todos se quedaron en silencio. Pensé que era por lo que dije, pero no era así.

Sentí pasos acercarse a mi espalda.

—Pero que tenemos aquí —habló alguien a mis espaldas con un tono de burla. La cuestión era que la conocía perfectamente, lo que significaba que esto acabaría muy mal —¿Al fin te atreviste a salir de tu agujero?, nos hiciste esperar mucho, no sabes cuánto de extrañamos Nox —expreso en forma de sarcasmo. Kasse, como les digo que es una mierda de carne andante.

Me gire para enfrentarlo sin importar que la que terminaría llorando seria yo, la que sufriría era yo. Al final las intenciones de Kasse nunca son buenas.

Tenia una sonrisa arrogante plasmada en su rostro, su cabellera negra resaltaba sus ojos color verde claro, vestía lo típico de chicos como el, jeans negros con su polera del mismo color. Típico ¿no? No esperaba que el me pusiera atención, aunque sea para insultarme. Pero lo hizo y no estaba preparada.

—No me hacen gracia tus chistes de bajo presupuesto ¿sabes? —contraataque a lo anterior dicho, lo mire fijamente para que no me intimidara, aunque por dentro este muriendo de pánico.

D E T O N A N T EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora