Jahre

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JNARA

El agua caliente recorre mi cuerpo relajándome en el instante en que ase contacto con él. Hay tantas cosas por resolver que tengo la mente en todos lados en estos últimos días, primero la frase extraña que dijo Kasse y luego el regreso imprevisto de Rest, ambas personas me tienen en conflicto tratando de adivinar a que es lo que juegan diciendo cosas que para no tienen un sentido alguno y no encajan en este preciso momento.

Termino de ducharme y salgo con una toalla envuelta.

Me observo frente al gran espejo de cuerpo completo que hay en la habitación que comparto con Valerie, el cabello castaño que cae en ondas hasta mis costillas. A mi no me interesa que me vean bonita, hay mujeres mas guapas que yo. Tan solo soy única y especial, tal y como mi madre me enseño.

Termino de vestirme, algo simple y cómodo ya que estaremos todo el día en casa.

El color rosa esta en todos lados, en las paredes, en las sabanas, en los muebles, pero con un toque de blanco, en las alfombras...a Valerie si que le gusta el rosa.

Se oyen gritos del piso de abajo y en un abrir y cerrar de ojos la pelinegra ya se encuentra encima mío abrazándome con fuerza, cada vez pienso que, si sigue así, en cualquier momento voy a asfixiarme.

—Me...estas dejando sin aire Vale —susurro con la vos jadeante.

—Uy, lo siento —se ase a un lado y me dedica una sonrisa culpable.

—¿Qué pasa? —inquiero—, ¿Esta todo bien?

Se pone un mechón detrás de la oreja y niega.

—Solo te venia a decir que tienes una llama de un —. Pone la mano en la barbilla en un acto pensativo—, un...Jahre, si ese era el nombre.

Me quedo estática, no tengo palabras, no es como reaccionar a esto, es tan inesperado que después de tanto tiempo se comunique conmigo. Algo me dice que su llamada no traerá cosas buenas, lo conozco perfectamente por que es mi mellizo.

—¿Sigue esperando? —pregunto dudosa en si aceptar o no.

—Si —asegura—, dijo que no colgaría hasta hablar contigo.

Dios, ¿Qué hago? Si le contesto seguramente me hará miles de preguntas, yo las responderé y él se enojará y terminaremos como siempre, discutiendo.

Me muerdo el labio inferior llegando a hacerme daño, y lo suelto de inmediato. Lo decidí, tengo que hacerle frente.

Las dos bajamos a la sala y los señores Choi se encuentran desayunando, lo saludo, tomo el teléfono y me dirijo a un espacio donde no se pueda oír claramente nuestra conversación.

Respiro hondo antes de saludar «tu puedes» me digo.

—¿Hola?

No hay respuesta.

—Es agradable escucharte después de tanto tiempo, hermanita. —la voz ronca de Jahre intentando ser dramático, es sin lugar a dudas las que te hacen reír aun cuando no lo esperabas.

Es que así es el, serio, molesto en ocasiones, meloso en otras y cortante en casi todo. Seria el arcoíris perfecto de los cambios de humor.

—Digo lo mismo.

—¿Cuándo volverán a casa? —pregunta. Se que está enterado de todo, y seria absurdo interrogarlo para saber cómo adquirió tal información.

De los dos, él es el más inteligente, el más carismático cuando se lo propone y si en verdad esta interesado en esa conversación. Por eso adelanto un curso y salió un año antes que yo y ahora se encuentra en la universidad, es independiente, dedicado por completo a lo que lo apasiona y para sumarle a lo perfecto que ya es, lee, si, aunque suene básico es como él lo llamaría «aquí puedo ser quien soy, ser quien quiero ser, y vivir lo que nunca podre ser»

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⏰ Última actualización: Jun 11, 2021 ⏰

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