"El dolor es solo una forma de desahogo para el silencio en el que vivimos"
Jnara no conocía el sufriendo, hasta que vio la muerte de su madre y con ello una bomba de tiempo se puso en su camino, dispuesta a volverla cenizas, rompiéndola hasta el p...
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Jnara
"Algún día es mucho tiempo"
Mis pasos son acelerados sobre el rígido pavimento.
Observo a mi alrededor curiosa por saber de donde provienen los pasos que escuché hace un momento. Mi corazón está acelerado por el miedo y temor, a lo desconocido. La iluminación de la avenida es poca en comparación a otras, hay faroles que dejan de funcionar por instantes haciendo que me alarme.
De nuevo, percibo ruidos que provienen de cerca, por lo que me precipito a terminar el tramo, para llegar a casa.
Saco el móvil con la intención de llamar a mi padre, pero mis manos tiemblan mientras busco el contacto. El pulso se me acelera y no miro hacia atrás, solo avanzo lo más rápido que puedo sintiendo la presencia de alguien.
Suena el primer aviso, no contesta, espero el segundo, pero no unos brazos me toman por atrás tapándome la boca con un trapo que huele a algo raro, y aprisionándome fuertemente contra su pecho, forcejeo para liberarme, intento morderlo y no funciona. Mi respiración se vuelve pesada, rápidamente las lagrimas empiezan a salir junto con las suplicas para que me deje ir.
—Shuuu —su aliento cálido roza mi cuello casándome escalofríos por todo el cuerpo. Lo araño, aplico toda la fuerza que tengo pataleando, intentando golpearlo y no reacciona o se mueve un solo paso.
No sé qué hacer, siento que pierdo fuerzas y mi cuerpo se vuelve pesado no pudiendo sostenerme. Todos los recuerdos se me vienen encima, mis amigos, mis padres, las clases en el instituto y las tardes que pasaba recogiendo las hojas secas de los árboles. Tengo pánico, miedo de que es lo que va a suceder y presiento que no será nada bueno. Las lagrimas siguen cayendo por mis mejillas, me siento incapaz de poder hacer algo para salir de este lugar y de los brazos de este sujeto. Quisiera gritar y decir "estoy aquí" "ayúdenme por favor", pero nadie va a escucharme. Ya está, se acabó, ya no puedo hacer mas de lo que me es posible.
Me siento débil.
Su agarre se aflojó, para luego alzarme y ponerme en su hombro. Con lo poco consciente, observe un tatuaje en la parte trasera de su cuello en forma de una flor de loto. Empezó a moverse justo cuando mis ojos se cerraron por completo y todo se volvió oscuridad, penumbra, silencio.
Abro los ojos de golpe, observo la habitación y caigo en cuenta de que estoy en la casa del señor Choi, más específicamente en el cuarto de Valerie, la barbilla me tiembla, fue como revivirlo otra vez —todo fue un sueño— me repito —un mal sueño—, mi respiración es anormal, tengo el pulso acelerado. Pongo las manos en la cara para quitar el mal momento, pero todo mi cuerpo esta sudado y ardiendo en fiebre.
Como puedo me levanto de la cama, me siento a una orilla y me sostengo con las manos para no desequilibrarme.
