Quédate conmigo.

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Podemos ver cómo la luz naciente va inundando el cielo pasando de ser un color negro a ser uno más claro, los relojes o cualquier dispositivo para indicar hora marcaba que eran las seis de la mañana, el frío era demasiado y parecía seguir lloviendo, apenas era una llovizna pero estaba nublado , parecía que iba a ser un clima demasiado frío, justo en los dormitorios de U.A. podemos ver en una de las tantas habitaciones a una chica azabache, la cuál sentía como el frío aire chocaba contra su piel, apenas abriendo los ojos , se quitó un poco las mantas con el brazo izquierdo puesto que estaba dormida de lado haciendo que su brazo derecho no hiciera mucho, miro de un lado a otro, si, en efecto era su habitación, suspiro y sentía como su cabeza le dolía demasiado, al igual que tenía los ojos llorosos y dolor de cuerpo , no sabía si era por cansancio o por qué estuvo casi toda la tarde bajo la lluvia , también por si fuera poco quería vomitar y debajo de ella sentía como su cama estaba húmeda, pero era templado, suspiro y se sentó en la cama, miro hacia abajo de su cama y noto que hay estaban sus prendas, pequeños recuerdos inundaban su cabeza, la muerte de su madre en verdad fue algo inesperado, sus ojos se cristalizaron pero ni ella misma sabía de qué era, si por su fiebre o por su tristeza, paso ambas manos sobre sus ojos eliminando esas lágrimas, no podía permitirse llorar y menos ahora que sabía que había pasado la noche anterior, sintió como su cama se movía por lo que ya sabía todo.

Momo: ¿Ya despertaste o nunca dormiste?

De la otra mitad de la cama, podemos ver a un peliverde que al igual que la azabache estaba sin sus prendas cubriendose solo su cuerpo con las cálidas pero mojadas mantas, suspiro, no había podido dormir en toda la noche pensando en lo que había hecho y como es que lo había permitido, aunque bueno, la azabache no la dejo fácil y es por eso que ahora estaban justo en estos momentos en la cama.

Izuku: De hecho no pude dormir , lo siento.

Momo: No veo porque disculparse.

Izuku: Si, mira dónde estamos.

Momo: Es lo de menos.

La azabache sentía sus caderas doler pues ya sabía que había hecho "eso" con Izuku.
El peliverde se sentó en la cama para después voltear a ver hacia otro lado evitando ver a la chica.

Izuku: ¿Podrías cubrirte?

Cierto , la chica no estaba sin las sábanas dejando ver su busto sin ninguna prenda.

Momo: No se porque ahora te avergüenzas si ayer las viste y no dijiste nada.

Todo lo que habían hecho la noche anterior estaba inundando la cabeza de la azabache, Izuku se sentía mal, suponiendo todo esto que fuera real, ambos estarían avergonzados o la chica lo hubiera sacado a patadas de su cama y cuarto pero nada, Momo estaba seria, como si no quisiera demostrar sus emociones.
La azabache en ningún momento tomo la manta para cubrir su busto puesto que no estaba de humor.

Izuku: En verdad me gustaría que te cubrieras.

Momo: Lo dices como si te fueras a quedar.

Izuku: Es que estás enferma, mírate.

La azabache suspiro y tomo un espejo pequeño en forma de corazón, sus mejillas estaban rojas y no precisamente de vergüenza, era por su alta temperatura.

Momo: Es mi problema, no el tuyo.

Izuku: No te voy a dejar.

Momo: Has lo que quieras.

La azabache estaba completamente neutral e Izuku solo estaba aún más preocupado, la azabache era alguien sensible y amable y ahora era como hablar con un desconocido.
El peliverde al ver qué no iba a poder hacer nada, se levantó de la cama con cautela y fue por su boxer que para su suerte estaba cerca de la cama, se los coloco y se sentó al borde de la cama, suspiro para después llevarse ambas manos a la cara y frotarse para poder despertar bien, decidió ir por su ropa e irse de la habitación pero sus planes fueron interrumpidos al momento en que la azabache decidió hablar.

La Guerrera De Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora