𝟮𝗴𝗲𝘁𝗵𝗲𝗿 [Taekook] (CORRIGIENDO)

25

Namjoon había decidido arriesgarse, e ir a aquel retiro de meditación.

En ese momento todas sus prendas eran color blancas como le habían indicado los organizadores. Las personas presentes pasaban por una mesa para terminar de llenar sus papeles con información personal.

Incluso estaban separados ciertos metros, tal vez para no molestar a los demás.

Hasta que la persona que estaba delante suyo avanzó. Pudo darse cuenta que era el chico por el cual había ido a ese lugar.

En cuanto él siguió su proceso para entrar, Namjoon se acercó con rapidez a la mesa, entregando algunas de las cosas que traía consigo.

—¿Puede darme su celular, por favor?

—¿Puedo llevarlo adentro conmigo?

—Me temo que no—Les indicó a los demás que tomaran sus cosas para etiquetarlas y guardarlas.

—¿Y que sucedería en caso de que quiera intercambiar número con alguien, para hablar sobre nuestra experiencia?—Al menos lo estaba intentando, a juzgar por la expresión que mantenía la mujer, estaba seguro de que no la convencería.

—Las personas normalmente vienen aquí para escapar de sus preocupaciones, angustias o situaciones desafortunadas. Todos en este retiro tienen prohibido hablar con los demás, para que puedan concentrarse y pensar más claramente en lo que necesiten.

Tenía la opción de irse, y dejar todo eso. Pero necesitaba verlo, aunque fuera de lejos intentaría acercarse a él lo más que pudiera.

Y sólo de esa forma entrego su celular, caminando como el organizador que los estaba guiando les indicaba. De a poco volvió a notar la prescencia de el chico.

Quería avanzar más rápido pero estaba seguro de que lo echarían por sus intenciones. Aún así se mantuvo observándolo, se veía tan concentrado en sus pasos, a duras penas podía ver su rostro cuando se ponía de perfil mientras veia las pequeñas plantas a sus alrededores.

Estaba valiendo totalmente la pena.

Esa noche debían de quedarse a dormir, les habían puesto colchones y sabanas para que estuviesen cómodos.

Namjoon quería estar a un lado suyo, discretamente le pidió a el señor que estaba por instalarse en ese colchón, sobre si podía darle su lugar a cambio.

Por suerte resultó y al ver que todas las luces se apagaron se recostó, viendo al chico de reojo mientras éste veía hacia el techo sin expresión alguna.

El pelinegro había invitado a Yugyeom a su habitación, era el único que justamente ese día estaba desocupado.

Mientras jugaban desde su celular, gritaban tan ruidosamente ya que siempre perdían estando online. Perdieron la noción del tiempo y en cuanto miraron a sus alrededores ya había oscurecido.