Y así, los tres miembros restantes de la familia Rothschild, la familia real, continuaron cautivando al mundo. Y no solo por la perfección en la que llevaban su mandato, sino también por su apariencia. Tenían una complexión fina, siempre estaban impecables e iban vestidos perfectamente. Hasta el cabello de todos ellos, castaño oscuro, parecía ir conjuntado. Parecía que la naturaleza se hubiera complacido en colocar todo lo que da de más bello, en la familia Rothschild. Era bella y majestuosa en una forma infinita, con un mérito extraordinario. Muchos se atrevían a decir que la familia real era una obra maestra nunca antes hecha por ninguno de los mejores artistas o escultores que habían existido en la historia.
El rey Edgar atraía el respeto de todos por la grandeza de su rango y la que lucía en su persona. Daba pruebas de valor moral admirables, y teniendo tantos éxitos, era inevitable que algún dirigente del mundo le mirare sin envidia. Su valor estaba en concordancia con todas las otras grandes cualidades: su inteligencia era vasta y profunda, su alma noble y elevada y la misma capacidad que demostraba para la política lo hacía de igual manera en los asuntos públicos. Poseía una gran viveza de espíritu y una elocuencia deslumbrante, encerraba un alma grande y agradable. Era un rey querido de todos: gallardo, inteligente, diestro y de un valor reconocido en toda Europa. Edgar Rothschild era todo lo que ellos querían en un rey: era humilde, honesto, respetuoso y lleno de carisma.
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CORONA DE ROSAS- La princesa blanca
Romance¨Eres Liesebeth Britania Rothschild. Según la línea sucesoria, serás la próxima gobernante de Alterra. Además, serás la primera reina emperatriz que lo hace sola. Nadie sobre la faz de la Tierra es más poderoso que tú¨. Ella solo quiere ser feliz...