Y por último, la princesa Britania, quien desde los cinco años se había adaptado a su papel y responsabilidades todo lo rápido que le había sido posible. Los padres de la pequeña princesa no cesaban de recordarle su noble ascendencia y de las grandes expectativas que tenían con ella. Su madre la preparó para la grandeza que debía representar desde tan corta edad, y ella, siempre pensando en los demás, lo había hecho todo por contribuir, por hacer felices a sus padres. Habían adaptado sus horarios escolares a ensayos, reuniones acompañando a su padre y trabajo de oficina, que le llevaban la mayor parte del día, ya que estudiaba varios instrumentos además de diferentes idiomas y ni hablar de las clases de protocolo y buenos modales. Pero todo eso, a la larga, había ayudado a contribuir en el éxito que le vendría después como candidata única a la corona. Pues cada vez, la agradable voz tersa de la princesa que hacía ademanes al hablar, era escuchada por un mayor número de seguidores. Aquella que con sus ojos color violeta y su larga cabellera castaña cautivó desde el instante que se puso de pie para citar su primer discurso a los 8 años, hablando de igualdad, de oportunidades, de amor, solidaridad y fraternidad.
Britania comenzaba a mostrar un ingenio sorprendente y la incomparable belleza que le fue heredada. Una persona perfecta en espíritu y cuerpo; tenía todas las distinciones de una dama británico/germana.
Esta billonaria heredera —valuada en 3 853 millones de euros— constituía uno de los mejores partidos de Europa, y aun cuando todavía no pasaba de los 7 años, eran varios los enlaces matrimoniales que se le habían ofrecido.
Famosa por su gracia, hospitalidad y apabullante hermosura. Inventó una nueva forma de celebridad, la prensa era adicta a ella, era adictiva para ellos (los paparazzi). Se convirtió en la presa del mundo.
Sus ojos violetas irradiaban belleza y herían de muerte los corazones de todos los hombres (y algunas mujeres) de Alterra y el mundo. Nadie podía pasar junto a ella sin sentirse arrobado por su etérea presencia. Ella tenía poder... El poder de captar la atención del mundo. Cuando entraba a una habitación era como un imán, no podías dejar de mirarla. Parecía sacada de un cuento de hadas. Tenía algo que todos querían tocarla, se hablaba de ella todo el tiempo; la gente que conocía a Britania se enamoraba de ella casi de inmediato. Era despampanante, pero recatada. Tenía su estilo propio que no se había visto en nadie más; ella brillaba, tenía picardía, pero llegaba a ruborizarse fácilmente y era algo aún más atractivo.
Tenía fama de hermosa y de tener un espíritu tan superior, que la presentaban siempre como ejemplo. Y si se parecía en carácter a su madre, debería ser además recatada y amable. Jamás alguna mujer había reunido tantos atractivos y tanta gracia a su persona y su carácter. Habían dicho alguna vez, que en su cara había algo vivo y singular, sin parecido con las otras bellezas inglesas y alemanas, proyectaba esa parte perfecta en la cual todos podían proyectar una imagen de sí mismos. La gente la comparaba con la princesa Diana de Gales (convertida en toda una leyenda que pasó de generaciones en generaciones), pues solo tenía que chocar los talones y todos caían a sus pies.Todos la trataban como si fuera de cristal.
Además, le gustaba el contacto humano. La princesa amaba sentir el contacto de los otros y tocar a las personas amadas. Constantemente descansaba sus manos sobre aquellos que eran sus súbditos: guardias, doncellas, damas, mercaderes o incluso campesinos de Alterra. Todos ellos quedaban prendados de su belleza, pero ante el toque de sus manos simplemente quedaban cautivados. Tal era su gracia; inspiraba lealtad y devoción donde quiera que se presentara. Había sido criada en la idea de llegar a convertirse en reina y la impresión de que le encantaba. Llevaba la pequeña corona y sus tiaras con naturalidad. Todos pensaban que Britania sería la mejor reina de la historia. Desde pequeñita y al seguir el pueblo todo paso que daba, cada vez que las jóvenes la veían, les daban ganas de ser como ella y algunos padres de familia deseaban tener una hija como ella.
Britania era, sin duda: inteligente, fiel, gentil, amorosa, paciente, delicada, buena, sencilla, sincera y hermosa.
Era una buena princesa.
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CORONA DE ROSAS- La princesa blanca
Romance¨Eres Liesebeth Britania Rothschild. Según la línea sucesoria, serás la próxima gobernante de Alterra. Además, serás la primera reina emperatriz que lo hace sola. Nadie sobre la faz de la Tierra es más poderoso que tú¨. Ella solo quiere ser feliz...