Capítulo 26

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Ese lunes Nico se encontraba sentado removiendo insistentemente su café con leche y mirando a un punto fijo en la pared. Parecía un zombi y no era para menos puesto que se había pasado toda la noche sin poder dormir dando vueltas por la cama. Este hecho no algo habitual en él, no recordaba ninguna situación que le hubiera mantenido despierto toda la noche, ni los exámenes lo conseguían. Quemaba tanta energía durante el día a causa de lo nervioso que era que cuando su cabeza tocaba la almohada entraba en coma profundo a los diez segundos.

Lo acontecido la tarde anterior en el garaje de Zaka era algo que todavía le estaba costando asimilar. Había estado pensando en lo ocurrido, tanto en las increíbles noticias de Tania sobre el grupo hasta las revelaciones en relación a Lucas y Jaime que sus amigos le habían hecho. ¿Tan ciego estaba? ¿Tan ajeno era a lo que ocurría con sus mejores amigos? Puede que tuvieran razón y él no fuera demasiado listo porque jamás habría imaginado ni por un segundo que el futbolista fuera gay, estuviera enamorado de Jaime y además estuviera tras Cyrano18. Por no hablar de la reacción estrepitosa del cantante a la idea de volver a cantar la canción puesto que se suponía que era una declaración de amor para Cyrano sin saber que era Lucas. Dios, su cabeza había comenzado a dar vueltas nuevamente. Miró el reloj de pared que le indicaba que en treinta minutos tenía que estar en clase, se bebió el ya frío café con leche de dos tragos y se apresuró a coger la mochila y salir por la puerta.

***

—¿Crees que hicimos lo correcto? —le preguntó Gisela a su novio mientras entraban en el instituto.

—¿A qué te refieres con eso? —Habían estado callados durante todo el camino y el joven no sabía a lo que la chica se refería.

—Anoche estuve pensando en toda esta situación entre Lucas y Jaime y me da miedo que hayamos provocado aun un desastre mayor. Ahora todos saben la verdad y no sé hasta que punto deberíamos haberlo hecho o interceder en el asunto. Joder, estoy acojonada de entrar en el instituto y que se haya armado una gorda. Ayer soñé que Lucas le confesaba a Jaime que él era Cyrano y claro en el estado en el que se encontraba ayer al salir del garaje Jaime le dio una brutal paliza. —La aspirante a modelo se veía realmente preocupada.

—Cariño, tienes que dejar de ver películas violentas antes de irte a dormir. ¿Realmente crees que tu mejor amigo sería capaz de reaccionar así? —El batería no tenía ni idea de cómo su novia había llegado a imaginarse eso.

—Bueno, es que ayer estaba desquiciado —se excusó.

—Ayer acabó colapsando, lleva mucho acumulado en estas últimas semanas. Demasiados cambios en su vida y se vino abajo. Ya está. Además no creo que Lucas hablara con él ayer. —Zaka estaba convencido que el rubio no lo haría.

—Tuvo que hacerlo. Me dio su palabra y confío en él. —La confianza que Gisela tenía depositada en el futbolista era digna de admiración.

Finalmente traspasaron las puertas dobles que daban acceso al acristalado vestíbulo del instituto. Allí en el centro del lugar hallaron la ya tan habitual imagen de Lucas besando a Bibiana apasionadamente, mientras ella trataba de trepar por su cuerpo. Más que la imagen de una película romántica parecía la imagen de una película porno, aunque en opinión de Gisela se asemejaba más a la de una película de terror.

—Te lo dije, no lo lo ha hecho. Es un puto cobarde. —El enfado del moreno era más que evidente.

Zaka se acercó a grandes zancadas hasta la pareja ajena al tren de carga que se les acercaba a toda prisa. Agarró a Lucas del brazo y sin mediar palabra lo arrastró hasta el lavabo de chicos más cercano y lo metió dentro. Gisela al temer por la seguridad del rubio se metió tras ellos.

Condenados a Entenderse | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora