Cap. 1 - Lunes. (T3)

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Deku abrió los ojos encontrándose en medio de un bosque, la luz del sol se filtraba entre las hojas de los arboles y la brisa fresca le acariciaba el rostro. Inhalo profundamente, aspirando el aire con olor agradable, era tan relajante que comenzaba a darle sueño. Una mano le cubrió la nariz y la boca de repente, estaba listo para atacar, pero se detuvo a penas su mirada esmeralda choco contra una escarlata.

—Aguanta la respiración. —ordenó el rubio tomandolo del brazo con su otra mano y jalandolo lejos de ese lugar.

Una vez ya apartados el rubio lo soltó y él tomo varias bocanadas de aire mirándolo con reproche.

—Kacchan, ¿por qué hiciste eso? —preguntó mientras sus pulmones volvían a funcionar y a llenarse de oxigeno. 

—Estabamos cerca de una planta llamada Valeriana que es muy peligrosa porque emite un somnífero que causa un efecto depresor en el sistema nervioso y si inhalas demasiado puedes morir. Así que no seas un idiota y termines intoxicado por una jodida planta antes de conocer a los extras de este mundo. —explicó con burla ganándose un bufido de parte del peliverde.

—¿Y cómo se suponía que supiera eso? No soy experto en plantas. —se quejó mientras se cruzaba de brazos.

—Aquí o aprendes o te mueres. —respondió empezando a caminar siendo imitado por el pecoso.

—¿Por qué me trajiste a un lugar como este? —cuestionó aferrandose a su mochila como si fuera un osito de peluche.

—Es divertido. —se alzo de hombros sin darle mucha importancia a la cara de horror de Deku —Tsk, cambia esa cara, no es tan malo una vez que te acostumbras. —Deku temio por su vida en ese preciso instante, pero se resigno, pues ya estaban en ese mundo.

Caminaron durante un par de horas, el peliverde estaba cansado y sus piernas temblaban con cada paso, pero Katsuki parecia no estar fatigado por el trecho recorrido y no queria detenerse a tomar un misero descanso de cinco minutos por más que el pecoso se quejara.

—¿Ya llegamos? —preguntó.

—¡NO! —gritó exasperado —¡Y cuando vuelvas a preguntar te exploto la cara! —amenazó tras escuchar la misma pregunta cada cinco minutos desde que partieron.

—Que humor. —bufó mirando al frente, habían tantos arboles que ya estaba cansado de ver tanto verde.

Intento distraerse durante la caminata, a él le gustaba mucho la naturaleza, pero de verdad ese lugar ya lo estaba hartando. Tanta calma y quietud no le agradaba, era un héroe después de todo, estaba acostumbrado al peligro y a tener sus sentidos alerta. 

—¡Kacchan! ¡Estoy cansado y tengo hambre! ¡Regresemos a la academia! —rogó mirando al rubio con los ojos cristalizados.

—Ni mierda, ya casi llegamos. —respondió continuando con la caminata —Y deja de llorar que te deshidratas.

Deku se secó las lagrimas y sorbió sus mocos para acto seguido seguir al rubio. Katsuki sabia que Deku estaba cansado, pero todo valdría la pena en cuanto viera a los extras. 

Media hora después llegaron a un pequeño pueblo en donde más adelante se podia apreciar un inmenso castillo. Katsuki bajo a Deku de su espalda y el peliverde no tardo en observaba con asombro las casas del pueblo que estaban construidas con piedras y madera -similar a las edificación de la edad media-, pero muchas parecian estar a punto de derrumbarse, lo cual lo dejo desconsertado.

La mayoria de la gente que recorria el pueblo a esa hora vestia harapos y portaba un semblante serio, creando una atmosfera depresiva.

Incluso el cielo estaba cubierto por nubes grises que ocultaban el brillante sol de la tarde. Deku se dio cuenta que la gente del pueblo estaba sumida en la pobresa y la desgracia. 

Una semana en otra dimensión. [KatsuDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora