Una semana en otra dimensión. [KatsuDeku]

Cap. 2 (T3)

—No dolerá, ¿cierto? —preguntó el pecoso mirando a Katsuki con preocupación.

—Solo un poco... —respondió el rubio alzandose de hombros.

Kirishima soplo un poco de fuego en su garra indice y procedió a hacerle la marca a Deku.

—Muerde esto por las dudas... —dijo la castaña ofresiendole un pedazo de tela enrollado, Deku lo mordio preparandose para lo que se venia a continuación, pues estaba seguro de que esto iba a doler.

Y no se equivoco, se retorció de dolor en cuanto sintio la garra en contacto con la piel de su antebrazo, un poco de sangre escurria por la herida y el ardor era insoportable.

Katsuki lo inmovilizaba para evitar que se moviera mucho mientras él mordía el pedazo de tela para aguantar esa tortura.
Gruesas lagrimas empezaron a deslizarse por las mejillas del peliverde, este era el dolor más horrible que habia experimentado hasta el momento, ¡y eso que ya antes se habia quebrado todos los huesos de su cuerpo!

—¡Listo! —exclamó el dragón rojo y Ochako rapidamente envolvió el brazo de su amigo en un trapo limpio con una especie de crema verde.

Deku suspiró con alivio ante el liquido viscoso, eso dolio como el infierno, pero al menos ya tenia la marca.

—Es una poción que ayudara a que la herida cicatrice más rapido. —informó la bruja para luego retirar el trapo y efectivamente la herida ya habia cicatrizado, pero aún dolia.

Eri se acerco al peliverde y le dio un pequeño beso en el brazo.

—Lady Uraraka dice que mis besos son magicos y siempre ayudan a aliviar el dolor. —comentó la niña sonriente y Deku le devolvió el gesto, ya no sentia el ardor —¿Ya estas mejor?

—Sí, muchas gracias Eri. —agradeció el pecoso revolviendo el cabello de la niña con cariño.

—Bien, hora de continuar con el vieje.

Repitieron los mismos pasos y plop, ya estaban en la isla.

Era bastante hermoso el clima tropical de aquel lugar, pero no habia tiempo para quedarse a jugar en la playa, se adentraron más en la isla, llegaron donde una montaña y se detuvieron frente a una gran roca.

—¿Qué es esto? —preguntó Deku.

—La entrada, duh~ —respondió Kirishima con una sonrisa, puso su mano en el centro de la roca gigante y la marca de libélula empezó a deslizarse desde su antebrazo hasta su mano y luego a la piedra -aumentando su tamaño conciderablemente-. La figura giro en sentido a las agujas del reloj y luego regreso al brazo de Eijiro.

La roca se partió a la mitad abriendoles paso a la aldea de los dragones que estaba dentro de la montaña. Al llegar al final del túnel  Deku observaba con asombro lo que parecía ser edificaciones talladas en la misma piedra y a la gente que ahí vivia.

Todos le sonreian o saludaban con cortesía, otros le ofrecian comida muy extraña a lo que el peliverde sonreía nerviosamente y la recibía.

—Kacchan, ¿por qué todos me dan comida? —interrogó consternado mientras intentaba sostener todos los alimentos entre sus brazos.

—¡Es que aquí llevas al próximo rey! Y tienes que comer mucho para que... —Uraraka le tapó la boca a Eri, ya se veía con la soga en el cuello.

—¿Qué? —Deku no entendía nada de lo que la niña había dicho.

—¡Ustedes dos! —gritó Katsuki agarrando a Eijiro y a Ochako del cuello, porqué el si que sabia lo que Eri habia dicho —¡Qué les ordene que hicieran! ¡Pedazos de idiotas! ¡Solo les di una simple orden y ahora me entero de esto! ¡Voy a matarlos a los dos!