Cap. 5 - Miércoles

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Gogo se despertó a penas sonó la alarma, apagó el aparato y abrazó a su novio por la espalda —¡Buen día Yami! —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Ah? —Yami estaba desorientado y muy cansado -anoche no durmió mucho que digamos-, se giro para poder ver a su novio a la cara, pero una punsada en sus caderas lo detuvo y le hizo solatar un gruñido —Gogo te amo, pero te he dicho muchas veces que no hay que hacerlo entre semana, ¡no sé como voy a asistir a clases si ni siquiera me puedo levantar! —con dificultad logro darse la vuelta para ver a su novio con una expresión de molestia.

—Entonces no vamos a clases y ya. —sonrió Gogo pensando que Mikumo aceptaria su propuesta, cambiaría esa carita tan malhumorada y ambos se quedarían en la cama a dormir.

—¡BAKUGŌ! —gritó el pelimorado molesto y Gogo empezó a sudar frió -Mikumo solo lo llama por su apellido cuando en verdad esta MUY molesto-.

—¡Ya mismo nos damos un baño y nos alistamos para ir a clases! —dijo Gogo levantándose rápidamente y cargando a un muy enojado Yami hasta el baño.

Yami feliz, Gogo feliz. Yami enojado, Gogo en muy graves problemas...



Izuku se encontraba desayunando junto a su mejor amiga y el resto de sus compañeros.

—¡Los viste qué! —Ochako gritó llamando la atención del resto de sus compañeros.

—Ochako, no grites. —susurró el pecoso avergonzado.

—Lo siento Izuku, me exalte de más. —se disculpó la castaña hablando más bajito —Pero es algo curioso, porque, ya sabes, es como si tú te hubieras visto a ti mismo siendo follado por Ka... —Uraraka no pudo terminar de hablar pues Izuku le metió una cucharada de cereal a la boca —¡Imhuku! —chilló Uraraka molesta y con la boca llena -como una ardilla con nueces en sus cachetes-.

—¡Perdon, pero estabas hablando de más! —intentó defenderse el pecoso al ver a la ardilla levantar su cuchara de manera amenazante.

Por suerte Gogo y Mikumo aparecieron para salvar al pobre Izuku de que Uraraka le sacara los ojos con la cuchara.

—¡Buen día! —saludó Gogo mientras dejaba a Yami un una de las sillas -pues lo tenia que cargar a todos lados porque Yami no podía caminar- y luego él tomaba asiento a su lado.

—Buenos dias. —dijieron Ochako e Izuku.

—¿Cómo estas Yami? —preguntó la castaña con tono pícaro.

—¡Ochako! —Izuku le dio un codazo a su amiga.

—Estoy bien, solo un poco cansado... —contestó el pelimorado mirando seriamente a Gogo, quien rápidamente se retiro a preparale un rico desayuno a Mikumo.

—¡Buen día! —dijo alegremente Kirishima, mientras ingresaba al comedor junto a Kaminari y Bakugou.

Todos tomaron asiento junto a los demas.

—Ja, parece que un camión te atropello. —dijo Katsuki al ver el rostro del pelimorado.

—¿Y tus ojeras a qué se deben? —Mikumo noto de inmediato la cara de cansancio que se cargaba el rubio.

—Me quede hasta tarde jugando videojuegos. —contestó sin interés y sin darle muchas vueltas al asunto, pues no era del todo mentira, ya que después de ver esa escena en su habitación esa imagen se repetía una y otra vez en su cabeza, así que decidió quitársela matando algunos zombies.

—Sabes que tienes que dormir. —regañó el pelimorado.

—Tsk, mira quien habla. —sonrió ladino el rubio y Mikumo se sonrojo —¡Oye! ¡Qué mierda haces! —gritó Katsuki en cuanto su clon lo levanto con silla y todo y lo coloco lejos de Mikumo.

Una semana en otra dimensión. [KatsuDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora