Cap. 6 (T3)

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El sol empezó a ocultarse en el horizonte mientras ellos recorrian las calles del pueblo junto a sus amigos.

Deku miraba a todos lados maravillado por la decoración de las calles y por los diferentes puestos con comidas tradicionales de los dragones.

-¡Por All Might! -exclamó el peliverde asombrado -Cuanto... picante.

-Nos gusta lo picante. -explicó Eijirou con una gran sonrisa mientras se llevaba un bocado de chiles a la boca.

-Tranquilo Deku para quienes no toleran el picante hay otras comidas. -informó la castaña mientras señalaba un puesto con frutas acarameladas.

-Ustedes pueden comer esas porquerías mientras el pelos de mierda y yo vamos por un desafío de verdad. -anunció el cenizo agarrando al pelirrojo de su pañuelo.

-¡E-espera Katsubro! ¡A mi m-me gusta el picante, pero no tanto! ¡Uraraka ayudaaaa! -gritó nervioso mientras era jalado por el rubio explosivo.

-Na~ Estará bien. -aseguró la bruja alzandose de hombros. Ambos se despidieron sin darle mucha importancia a los gritos del dragón para buscar comida sin nada que pudiera matarlos o causarles alguna indigestión.

-Wow, a parte de lo picante aquí también hay muchas variedades de carnes, pescados, verduras y frutas. -analizó el arbusto con pecas al recorrer los puestos junto a su amiga.

-Sabes es gracioso que muchos piensen que los dragones son brutos siendo que son unas de las criaturas más sabias de todos los tiempos. Es por esto mismo que cuentan con tantos tesoros. -anunció inflando su pecho con orgullo -Somos ricos en alimentos, minerales e historia.

El ojiverde la miro con una sonrisa, era lindo ver que Ochako al fin hubiera encontrado su hogar después de tanto tiempo.
La aldea rebosaba de colores cálidos y la felicidad inundaba el entorno, parecia que nada podría arruinar tan alegre evento.

-¡Lady Uraraka! ¡Deku-kun! -una pequeña voz los llamaba y al girarse se toparon con la pequeña Eri quien iba acompañada de Asui.

Pero claro que siempre hay calma antes de que la tormenta se desate.

-Ochako, Mina me invoco... Tenemos un problema, kero. -informó la peliverde con voz seria dejando un ambiente algo tenso.

-¿Qué clase de problema? -dijo la castaña levemente preocupada.



-¡Maldito dragón cobarde! -gruñó dándole un par de golpes en la cabeza a Kirishima -¿¡Cómo no vas a poder tragarte un plato tan SIMPLE?! ¡Tú escupes fuego! ¡FUEGO! ¡MALDITA LAGARTIJA QUE SE HACE LLAMAR DRAGÓN!

-¡Esos eran chiles del diablo marinados en canela, en CANELA! -exclamó indignado -Ni un dragón como yo puede comerse algo así sin que su lengua sufra quemaduras de primer grado.

El rubio dejo de golpear al pobre chico y lanzó un gruñido insatisfecho por la excusa tan idiota del otro, no debería de estar decepcionado, pero pensó que el pelirrojo aceptaría cumplir el desafío, o sea ¡era un dragón!

Kirishima iba a disculparse de nueva cuenta con el rubio por no poder acompañarlo a devorar ese platillo tan "extremo" cuando un olor extraño atrajo su atención, algo no estaba bien.

No habia tiempo de explicar, salió corriendo en dirección a la entrada dejando al cenizo a tras.



En la sala del trono se encontraba el rey y su prometido alistándose para la ceremonia de antorchas, el primero se encontraba un tanto inquieto, tenia un mal presentimiento.

Una semana en otra dimensión. [KatsuDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora