Conociendo el peligro

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Wei Ying era una simple viajera, amaba viajar y todo lo que implicaba, no era muy común que se quedará en un solo lugar por mucho tiempo.

Pero fue por aquel hombre que conoció en ese pueblo que la hizo quedarse mas tiempo de lo que se permitía. Fue mientras buscaba hospedaje en el nuevo pueblo al que llegó, pero al parecer había un grupo de hombres que creían que podían molestarla por ser una chica que viajaba sola. Ya estaba acostumbrada y solo se preparó para la pelea que podría haber.

Pero dicha pelea nunca llego, todo fue detenido por otro hombre quien era mas grande que todos los presentes. Además su fisico y mirada daban mucho terror que el grupo de cobardes salieron corriendo. Wei Ying solo lo observo algo sorprendida por un momento, no era muy común que alguien la defendiera, casi siempre se defendía así misma.

-Gracias por defenderme-

-Debes tener cuidado, aquí hay muchas personas peligrosas y andar sola no es una opción-

-Soy una viajera solitaria, se defenderme, Wei Ying-extendio la mano

-Nie Mingjue-respondió al saludo de mano con una sonrisa

-Un placer conocer a mi salvador-dijo con una sonrisa-¿Es caro el hospedaje en esta posada?-pregunto, estaba segura que no le quedaba mucho dinero, nadie dijo que viajar era barato

-La verdad es que no quedan habitaciones pero puedo llevarte a una mas barata y muy cómoda-

-Si es barata para mí mejor-agarro sus cosas-te sigo-

El tipo le cayó bien y parecía ser confiable, además tenía que ahorrar lo poco que le quedaba. Caminaron hasta llegar casi a las afueras del pueblo, la posada se veía modesta y acogedora.

-Sabia que podía confiar en ti-observo el lugar-hubiera sido una lastima tener que golpearte si me hubieras engañado, gracias-

-Un gusto, si quieres mañana nos podemos reunir para almorzar y te doy un pequeño tour por el pueblo-Wei Ying decidió pensarlo, no es como si tuviera algo que hacer

-Acepto, te veré mañana Nie Mingjue-sonrió

-Hasta entonces Señorita Wei-Se retiro del lugar con una sonrisa de oreja a oreja

Wei Ying fue hacia su habitación y dejo sus cosas tiradas a un lado, no es como si fueran muchas para causar desorden, luego se acostó en la cama con una gran sonrisa.

-Y decían que viajar era inseguro para una mujer-se burló-que tontería, hasta encontré a alguien bueno y amable, se equivocaron-

Eso creía, no sabia que ese encuentro la marcaria de manera muy fea. Pero como iba a saberlo si aquel hombre parecía tan normal y amable.

De haber sabido lo que ocurriría después sin duda alguna hubiera tomado sus cosas y huido del lugar de inmediato.

Las dos caras de una monedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora