Trago amargo

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Nie Huaisang y Mo Xuanyu tuvieron que volver a su pueblo, pero prometieron comunicarse con la pareja con más regularidad. Nie Mingjue ahora tenía mejor humor y estaba más feliz después de recuperar a su hermano y por fin tener a su familia completa. Ahora solo faltaba esperar la llegada de los gemelos.

Faltaban un par de meses para la llegada de sus pequeños hijos. Wei Ying sufrió los cambios que el embarazo causaba, pero valió la pena cuando sintió las primeras patadas de sus hijos en su vientre.

-Vaya que tienen fuerza-murmuro Wei Ying mientras cosía unas túnicas para los bebés-eso es de familia-

-Serán fuertes como su madre-sonrió su esposo.

-Como su padre también-se froto el vientre-adoran patear mi hígado-

-Esos pequeños traviesos-negó con la cabeza divertido

-Crecen rápido, muy rápido-Termino con las túnicas, sus hijos realmente eran inquietos pero eso significaba que estaban creciendo bien y sanos.

-Así es-Acaricio el vientre de su esposa con mucho amor.

-No hemos pensado en los nombres-dijo viendo su vientre-no sé me ocurre nada-

-Tampoco se me ocurre algo a mi-

-Lastima-chasqueo la lengua. Luego volvió a sentir una patada que la hizo hacer una mueca.

Él acaricio el vientre de su esposa con cariño.

-Tranquilos pequeños-susurro suavemente y funcionó.

-Solo así se calman, les gusta que les hables-Ya esperaba tener a sus hijos en brazos, solo contaba los días que faltaban para que aquel día llegará.

Mingjue siguió hablándole al vientre de su esposa.

-Creo que serán todos unos niños de papá-

-Yo creo que también serán unos mimados de mamá-

-Creo que tienes razón y ustedes ya parecen querer salir, pero aún les faltan unos meses-sonrio mientras colocaba su mano a lado de la de su esposo.

Realmente el embarazo podía agotarte en un abrir y cerrar de ojos.

-Yo me encargare de todo de ahora en adelante-dijo su marido-Tu debes descansar-

-Todavía puedo hacer algunas cosas cariño, sabe aquel no puedo quedarme quieta por mucho tiempo-

-Lo se pero debes cuidarte por nuestros hijos-le recordó

-No haré nada muy agotador, todavía puedo cocinar y cosas así-

-Esta bien-acepto de mala gana.

-Además vas a estar aquí para cuidarnos, no hay de que preocuparse-

-Siempre-

-Te amo-Lo beso.

-Yo los amo a ustedes-Correspondió a su beso.

Wei Ying se recostó en el pecho de su esposo, era relajante oír el palpitar de su corazón y sus hijos también se calmaban con ese sonido. El hombre la abrazo con mucho amor acariciando su cabello.

Wei Ying se sentía más relajada, nada había salido como lo planeo cuando aún era más joven, pero no podía quejarse, tenía más de lo que alguna vez pensó que tendría. Ahora solo esperaba que sus hijos nacieran y poder ser una buena madre para ellos. Mingjue aun se sentia inseguro en algunos momentos, no sabía si de verdad su mujer se quedaría por siempre a su lado.

-Nunca creí que alguien querría estar con alguien como yo-murmuro Wei Ying-pero tú llegaste a mi vida y me alegro que así fuera-parecía que su esposa sabía lo que pensaba-no tienes de que preocuparte amor, no te estreses o te saldrán arrugas antes de tiempo-

Las dos caras de una monedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora