Familia completa

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Wei Ying no perdono del todo a su esposo porque seguía estando ligeramente a la defensiva, pero no podía hacer más ya que debía estar en reposo y depender de su esposo casi por completo. Mingjue se mostraba verdaderamente arrepentido, casi estuvo a punto de romper su familia.

No podía quejarse de la actitud de su esposa, se lo tenía bien merecido. Sus hijos pudieron haber terminado mal por culpa de sus celos y carácter tan agresivo. Desde ese momento solo dormían juntos, no había intimidad porque el así lo quería ya que se estaba castigando por sus acciones.

Wei Ying no dijo nada y tenía una actitud indiferente, solo se enfocaba en sus hijos y en tener todo preparado para su nacimiento. En ese momento se encontraba cantando mientras tejía una mantita de color azul.

-Ya no tienen espacio ahí dentro, ya pronto van a nacer y tendrán todo el espacio que quieran para jugar, mis pequeños, los amo tanto-se froto su gran vientre

Su esposo entro con una bandeja donde traía un poco de té y un par de dulces para los antojos de la chica.

-Gracias, hora de comer un poco-

-Espero que te gusten, yo iré a comprar unas cosas que faltan y volveré-dejo la bandeja al lado de la chica.

-De acuerdo-se enfoco en su comida.

La chica estaba segura de que algo se le andaba olvidando, pero ya luego lo recordaría, en fin.

-Los amo-se acerco y se arrodillo frente a ella. Acaricio su mejilla con ternura para luego darle un beso en la frente con mucho amor.

Wei Ying inevitablemente sonrió ante el gesto y decidió besar la mejilla de su esposo. El mayor dio una leve sonrisa y luego se alejo suspirando, le dolía estar distanciado de ella pero se lo tenía merecido por sus actos estúpidos. La chica solo suspiro, las cosas seguirían así por un largo tiempo, pero tal vez era lo mejor. Sus bebés patearon, parecían protestar.

-En mis costillas no, que si duelen-los regaño. Los bebés seguían en modo de protesta, al parecer podían sentir la distancia entre sus padres y eso no los tenía contentos-No se enojen, ustedes dos son tercos como su padre-bufo con una pequeña sonrisa-después de que nazcan me arreglaré con su padre, así que ya paren-Parecieron entender ya que se calmaron-Por fin, ahora sí a descansar un poco, nadie me dijo que la espalda dolería tanto-

En su opinión era un buen momento para tomar una siesta, nada interrumpiria su sueño. Mingjue se tomo su tiempo en comprar lo que necesitaba, luego de unas horas cuando lo tuvo todo se fue a la casa.
Wei Ying aún seguía durmiendo, en aquella etapa del embarazo solo quería dormir lo más posible aunque su vientre luego le incomodaba por el movimiento.

Entro en silencio y se dirigió a la cocina, guardo todo lo que había traído. Decidió ir a la habitación para ver a su esposa y asegurarse de que no necesitará nada. Pero al entrar a la habitación vio que aún seguía profundamente dormida y así seguiría por un rato más.

Wei Ying se despertó rato después, quería caminar un poco, estar tanto tiempo en cama la desesperaba y mucho. Su marido se encontraba en la sala leyendo unos papeles con un té al lado. Obviamente al ver a su esposa intentar llegar hasta la sala dejo todo de lado para ir a ayudarla.

-Deberías estar descansando-le dijo preocupado.

-Solo estoy embarazada no invalida-trato de calmarlo.

-Pero debes tener cuidado, deja te ayudo-la llevo al sillón-me pudiste haber dicho que te ayudará-

-No quería molestarte, se nota que estas ocupado y también deberías descansar-se dejo ayudar dedicándole una sonrisa.

Las dos caras de una monedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora