Promise. [SasuNaru]

Capítulo 11.

Ya había terminado la semana, y Naruto no sabía qué hacer. Ese día en que Hinata llegó justo a tiempo, se ofreció a llevarse a Nagato unos días solo para que él pudiera pensar y distraerse un rato, el aceptó, necesitaba pensar.

Ahora acostado como si estuviera a punto de morir, sobre el suelo de la sala mientras Gaara hacía quién sabe qué en algún lugar de la casa, no dejaba de pensar.

Tengo que decirle. Bueno, eso es obvio. Pero tengo que hacerlo yo.

"...¿Quién me asegura que no le meteras cosas en la cabeza?."

Pienso lo mismo, idiota.

Estaba tan concentrado en las palabras correctas para hablar de aquello con Nagato, que hizo una mueca de susto al sentir que alguien se lanzaba sobre el.

—Salgamos.—le dijo Gaara mientras movía sus pies en el aire, con el torso de lado sobre el abdomen del rubio.

—El suelo es duro, y todavía te lanzas encima. Muévete por el bien de mi espalda.—lo empujó, pero este se aferró a su cintura, apretándolo más contra el suelo.—Gaara.—advirtió.

—Naruto, salgamos.—repitió sin alejarse.

—Hace mucho que no tenemos una cita.—enfatizó la última palabra haciendo al pelirrojo enrojecer un poco.—Por qué no.—sonrió.

—No es una cita. Bueno, para nosotros no, Sai y Sasuke quieren salir. Aunque sería mejor tú y yo.—hizo un puchero, Naruto río.

—¿Sasuke?

—Claro, es lo único que te importa de la conversación, infiel.

—Oye, no me llames así.—Naruto golpeó su frente con uno de sus dedos.—No podremos si no te quitas de encima.

—Ya aceptaste, no se vale hecharse atrás.—Gaara se levantó, y Naruto se alejó lo más rápido que pudo, pero solo unos pasos Gaara alcanzó su tobillo y lo hizo caer.—¿Que te dije?

—Duele...—murmuró sobándose el rostro.—Pero no quiero, no me siento bien.

—¿Y como no?, Sí no dejas de pensar en todo, suéltate tantito, recuerda que fueron órdenes de Hinata.

Órdenes de Hinata.

—...Bien.

[🌓]

—¿Ya vienen?.—preguntó Sasuke un poco nervioso, al momento en que Sai colgaba la llamada que estaba teniendo con Gaara.

—Solo doblan la esquina y llegan.—respondió, nervioso igual.

Ambos azabaches se sentían nerviosos, y no sabían por qué.

¿Dónde habían quedado aquellos días, en que con solo chasquear los dedos tendrían al doncel o mujer que quisieran?

Parece como si hubiera sido ayer.

...bueno, sólo hace unas semanas.

—¡Idiotas!.—ambos varones posaron su vista en dirección a aquel grito.

Gaara había gritado recibiendo un pequeño golpe en el hombro por parte de Naruto, después ambos menores rieron caminando hacia ellos.

—¿Por qué cada vez que lo veo se ve mejor que antes?.—susurró Sai observando al pelirrojo como si no existiera nada más.

Sasuke veía la sonrisa del rubio, que aunque sabía que por las circunstancias no sería tan grande, igualmente era hermosa. Se le notaba desde lejos que estaba mal, pero él trataría de distraerle, aunque sea un par de horas.