Las horas siguientes al retorno de Melkor a la Tierra Media fueron caóticas para los Sindar.
El grito de terror que El Señor Oscuro había soltado al ser atacado por Ungoliath revibró por todo Beleriand, causando pánico en los corazones de los elfos.
Anairë recordaría vagamente esas horas en los tiempos venideros, siempre diciendo que le parecían caóticas y que, en sus recuerdos, estas parecían estar envueltas en neblina.
Lord Golasgil, como ya se ha dicho, no poseía sangre real, ni siquiera era noble. El provenía de una familia de humildes granjeros, y se había hecho un hueco en las filas del ejército de Eglador a base de su talento innato para el combate. Fue durante sus años de perfeccionamiento militar que conoció y se enamoró de la princesa Elentari. Y ella de él.
Con su matrimonio vinieron los títulos y reconocimientos para Golasgil, pero él nunca se olvidó de sus raíces ni de su familia.
De hecho, cada vez que podía visitaba la granja de sus padres acompañado por su familia.
- Debo salir de aquí...debo salir de aquí...- murmuraba el elfo una y otra vez mientras se vestía con ropaje militar
- Meleth Nin- lo llamó Elentari apenas entró al cuarto.
Parecía una bestia enjaulada, hablando solo y caminando de un lado a otro mientras se colocaba la armadura. La princesa creyó que en cualquier momento su esposo treparía las paredes de tanta angustia.
- Meleth Nin- volvió a llamarlo, está vez más fuerte. Su objetivo funcionó, logró capturar la atención de su esposo.
Golasgil la observo con los ojos abiertos de par en par. Pestañeo un par de veces y pareció volver a enfocarse.
- Amor mío. - Un silencio cayó sobre los dos. Golasgil suspiro y trato de calmarse, pero sus manos temblaban. Observo a su esposa y le dijo
- Debo ir en busca de mi familia.
- Enviaremos mensajeros para traerlos a palacio. - Respondió la rubia acariciando amorosamente la mejilla de su esposo.
- No- este sacudió la cabeza desesperado- conoces a mis padres, no abandonarían la granja. Mi hermano es igual de terco que ellos. No querrán vivir detrás de muros.
Elentari suspiró. Su marido tenía razón.
- Trataras de convencerlos ¿verdad?
Golagil miró a su esposa. No hacía falta una respuesta, ellos se entendían perfectamente. Beso sus labios dulcemente, tratando de calmarse a sí mismo; Elentari siempre le traía paz. Cuando se separaron la miró a los ojos por unos segundos, tratando de transmitirle todo su amor. Le dio un beso en la frente y luego salió de la habitación. Fuera se encontraba su hija, evidentemente preocupada
- Ada- dijo Anairë en cuanto lo vio.
Golasgil sonrió tristemente al verla mientras que Anairë se sorprendía por las ropas militares de su padre.
- ¿Iras al campo, a buscar a los abuelos y al tío Eyrik?
- Así es- Golasgil le hizo una seña para que lo siguiera y ambos comenzaron a trotar por los pasillos en dirección a la Cámara de los Nobles en donde, Golasgil estaba seguro, se encontrarían los reyes junto con sus capitanes. - Pediré permiso a Thingol para ir en su búsqueda. No tardaré más de dos ciclos. Tal vez tres, si tus abuelos se resisten mucho.
- Iré contigo. - le dijo Anairë
- No.- respondió su padre- No sabemos qué tan cerca estén los sirvientes del Oscuro, sería peligroso. Iré más rápido solo.
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Eternal Life
FanfictionLa obsesión del Señor Oscuro. Una princesa casada con su enemigo. Un juramento infernal. Un corazón dividido.