Se sienta en la silla frente al ordenador. Pone música lo más alto posible, le da igual que su hermano entre luego gritando, solo quiere pensar bien lo ocurrido y la única forma de hacerlo es con música. Se dispone a observar todos los lados de su habitación. Sigue sin comprender cómo a ella, la chica de diecisiete años más tímida y no precisamente la más guapa le haya podido pasar eso. Después de tantos años que se conocen y de casi toda sus vidas juntos, por decirlo de alguna manera, él le ha dicho de quedar para hablar algo de lo que ellos tenían, pero… ¿qué tenían?
Recordó el momento una vez más ese día, ya iban unas millones de veces más, no lo sabía exacto, perdió la cuenta la décima vez que comenzó.
Todo empezó esa misma mañana en la puerta del instituto, donde sin quererlo se iba a convertir en su puerta hacia el paraíso.
-Hola – se escucha una voz detrás de Abie.
Se giró para mirar quién era y se quedó sorprendida, ¿qué hacía allí si él va a la universidad?
-Hola- respondió ella con voz suave y sorprendida- ¿qué haces tú por aquí? ¿No vas a clase?
-Sí, pero más tarde – la miró sonriendo y seguidamente le dijo- Abie, tengo que hablar contigo de algo.
Ella, inquieta y sin saber qué hacer o qué responder dijo lo primero que le vino.
-¡Ahora mismo podemos hablar!- le miró y pudo ver cómo le salía una pequeña risa- ¿te ríes de mi?- le cambió la cara y pasó a estar un poco confusa.
-No, tonta, no me río de ti –le contestó con una sonrisa- solo que has dicho que ahora mismo hablamos y tu tienes clase dentro de…- se dispone a mirar el reloj- dentro de dos minutos.
-Es cierto…- contestó con una voz más apagada y poniendo una pequeña mueca- ¿entonces cuándo hablamos?
-Mañana por la tarde, ¿te parece bien?
-Si- contestó Abie mientras de repente se interpuso un conocido pitido entre su conversación y le avisaba de que le tocaba subir a su queridísima clase de matemáticas.
-Pues entonce me paso por tu casa por la tarde y te recojo – le guiñó un ojo y mientras se daba media vuelta le dijo – que tengas un buen día peque.
