-Venga, vamos a preparar la mesa- gritó Dereck para que los 7 amigos que estaban en su casa le hicieran caso.
Todos, incluido su ahora cuñado y su hermana hicieron lo que él les pidió y prepararon el comedor para cenar, no tenían que poner mucho ya que cenarían pizzas. Abie y Christian se quedaron con Dereck mientras que los demás recogían lo del comedor, Para todo era como otra casa más pero sin padres.
Suena el timbre pero por todo el ecándalo que hay no escuchan, vueve a repetirse y ahora es Jacob el que los avisa.
-¿Qué pasa? ¿Por qué ladras?- Dereck tenía en frente a su queridísimo American Standford, le avisaba de algo pero no sabía el que, hasta que…
-Están llamando a la puerta- dice mientras mira por la ventana de la cocina que da al jardín- por eso ladra, voy yo.
Ella abre la puerta y al otro lado se encuentra a un chico no muy alto, moreno aunque con la gorra negra no se podía saber cierto, tenía los ojos claritos, eso sí que sobresaltaba a la misma vez que esa camiseta naranja fosforita que llevaba.
- ¿Cuánto es?- sonrió esperando la respuesta mientras el chico le daba las pizzas y ella las pasaba a Christian que se encontraba detrás.
-Treinta con cincuenta, guapa- le devolvió la sonrisa a la misma vez que le guiñaba un ojo.
Abie rió y le dio el dinero justo, cuando el chico se fue ella giró tras cerrar la puerta y se chocó con alguien, no supo quién era hasta que subió un poco la cabeza, era Christian pero…
-¿No habías ido a la cocina a llevar las pizzas?
- No, las ha llevado Peter- contestó é con voz muy serio- ¿Qué simpático, no?- su tono era irónico.
-Sí, ¿lo has oído?- rió mirándolo.
-Sí y a mí no me hace gracia- se notaba que no bromeaba, pero eso no impidió a Abie que continuara riendo.
-¿Celoso? Venga, solo me ha dicho guapa, no seas así- se puso de puntilas para llegar a sus labios y poder besarlos.
Mientras ellos perdían la noción del tiempo entre sus labios, los demás cenaban y reclamaban su ausencia.
-¡Venid ya, pastelosos!- gritaron a al vez Mike y Dereck.
Al oírlo se separaron y sonrieron sentándose en la mesa, Cristian a ala derecha de Dereck y Abie a la izquierda quedando uno en frente del otro.
-¡Eh! Pasar la coca-cola- gritó uno de los amigos.
-Por aquí también- protestó otro.
Era un caos, pero un caos increíble, lleno de felicidad.