Brook abrió la puerta con la sorpresa de encontrarse a Christian.
-Hola, pasa, Abie está terminando se arreglarse, se le ha pasado el tiempo- estaba sorprendida, aún no era la hora y él ya estaba allí, era extraño, él no era puntual.
-No pasa nada, le espero, ¿y Dereck?
-¿Por qué me preguntáis a mí? ¿Tengo que saber dónde se encuentra ese?
Christian quedó extrañado, ¿qué era esa reacción? Solo le había preguntado que dónde estaba.
-No te lo he dicho a mal, no me contestes así. ¿Te ha pasado algo con é?- Christian elevó los ojos mirándola.
-Pues no, no me pasa nada con él ¿tu también crees que me gusta o qué?- estaba muy agresiva, o eso parecía, Christian no entendía nada y antes de que pudiera contestarle, siguió.- Mira déjalo, voy avisar a Abie.
Christian rió ante la reacción de Brook, parecía enfadada pero no se imaginaba que Dereck le pudiera hacer algo tan malo a ella aunque era mejor no decir nada más y dejarlo pasar.
-Abie, es Christian, está esperándote bajo.
-¿Qué? Si él no suele ser puntual- Abie extrañada se apresuro a quitarse el batín y buscar la chaquetita baquera y un collar.
-Sí, hoy si lo ha sido. Me voy a ir ya,¿bajas?
Abie asintió, estaba vestida y bajaron las dos hasta el comedor y encontrarse con Christian en el sofá.
-Hola Abie- sonrió.
-Hola Christian, salimos ya, ¿no? Ella también se va a su casa- contestó dándole dos besos.
Brook se dirigía a su casa mientras Christian y Abie fueron al coche de Chris, estaba aparcado en frente de su casa. El trayecto hasta el centro no fue incómodo ni largo ya que se pasaron el tiempo riendo y recordando los momentos en los que siempre iba Christian a su casa a jugar con su hermano y terminaban chínchandole.
-En esos momentos yo no me reía porque no tenía gracia pero he de admitir que ahora si la tiene- rió mientras caminaban por las calles de Madrid.
-Era gracioso picarte y ver tus rabietas cuando eras pequeña, aunque admito que ahora también lo sigue siendo, la gracia no la has perdido- le salió una carcajada y seguidamente le guiñó un ojo.
-Que simpático- le mandó una mirada de odio pero él al verla inmediatamente e abrazó dándole un beso en su cabeza.
Sonrió al sentir sus labios en su cabeza, aunque prefería sentirlos cerca de sus labios y que le proporcionaran el calor que necesitaban. Era confuso, hablaron todo el camino sobre muchas cosas, pero no de la que se suponen que iban hacer.
-Christian, ¿qué quería hablar en realidad?