Después de pedirse el helado decidieron tomarlo mientras caminaban.
-¿Qué bonita está hoy Madrid, no?
-Puede ser, pero Madrid no cambia todos los días.
-Cuando la veo a tu lado es más bonita- Christian miró a Abie mientras sus comisuras del labio se elevaban formando a mayor fotografía que jamás había visto.
-¿Y el Christian que conocía?- rió y se elevó hacia la mejilla de él para poder alcanzarla y besarla.
-Al parecer le están cambiando- sonrió sintiendo sus labios
Todo parecía ir bien.
-Y pensar que todo empezó en una fiesta…-susurró.
-No, todo empezó antes solo que nosotros no dimos cuenta tarde.
Él asintió y acercó su mano junto a la de ella mientras caminaban hasta que por fin se encontraron a la misma vez que sus ojos. Los ojos de él no eran esos ojos azules que consiguen enloquecer pero la cafeína que desprendían a los ojos de Abie hacían que le llevaran a un universo paralelo.
Ya eran casi las nueve y seguían juntos hasta que Christian se dio cuenta de la hora y decidió llevarla a casa. El viaje de vuelta no fue igual que el de ida, silencioso entre ellos dos pero diciéndose mucho a la vez. Comenzó una canción y Abie la tarareaba y Christian al escucharla no pudo evitar que saliera una pequeña risa.
-¿De qué te ríes?
-De nada, que tarareas muy bien.-Rió- la pongo más alta si quieres.
-No, no hace fata… asi la canto perfectamente-le guiñó un ojo y cambió de tararear a cantarla mientras él reía más observándola en los momentos que podía quitar la vista de la carretera.
Terminó la canción y sonó otra.
-¿Esta no te la sabes? No me lo creo, es Maroon 5.
-Claro que me la sé, pero no voy a cantar más, ya te ríes bastante de mi cuando me escuchas mientras hago trabajos.
-Cierto, pero no me río de ti. Ya estamos en tu casa.
-¿Te quedas a cenar?
-Sí, esta noche nos vamos tu hermano y yo a una fiesta con los chicos de la uni.
Ella asintió y bajó del coche a la misma vez que él y se dirigieron a la puerta.
