FANCY 👠 Mello (Mihael Kheel)

3 👠 ₱uro

Mello y Rexha volvieron a la habitación donde estaba el cadáver de Kitamura.

-Bien, haz la llamada - pidió Mello.

La chica cogió el teléfono de Takimura, tecleó el número que Mello le dictó y llamó. Segundos más tarde, contestaron.

-Aquí Yagami - dijo Soichiro.

-Vicedirector, el intercambio del cuaderno queda cancelado, Takimura ha muerto - anunció Rexha.

-Hija de... - murmuró el policía, pero decidió morderse la lengua.

-No se preocupe, ahora queremos hacer otro intercambio - sonrió con malicia. - El cuaderno de muerte por... Sayu Yagami.

Soichiró notó un escalofrió al oír aquello.

-Sería absurdo pedirle que no avise a la policía, más que nada porque usted es su vicedirector, pero sí quiero que actúe solo - ordenó Rexha. - Como vea el menor movimiento por parte de la poli, mataré a su hija. Tal y como he hecho con el director.

-Mentirosa... - murmuró Mello.

Rexha se giró y le sacó la lengua. Él sonrió.

-Le envío una foto del cadáver de Kitamura para que vea que no miento - dijo la joven.

Mello sacó su teléfono, hizo una foto y la mandó por correo.

-No se preocupe, mañana le volveré a llamar - sonrió Rexha.

Colgó la llamada y miró a Mello.

-Bien hecho - dijo el chico.

-Gracias - murmuró guardando el teléfono de Kitamura en la chaqueta. - Ya se pueden encargar de él, creo que no lo necesitamos más.

-Bien, se lo diré a Ross - contestó Mello.

Los dos jóvenes subieron las escaleras hasta la sala principal, donde estaban Ross, Ryan y un par de hombres más.

-¿Qué tal ha ido? - Preguntó Ryan, levantándose del sofá.

-Bien, están acojonados - rió Rexha.

Ross se levantó y se acercó a la chica.

-Dejadme hablar a solas con mi hija - ordenó el hombre.

-Rexha - le corrigió ella.

Los hombres se levantaron y se fueron. Mello la miró unos segundos hasta que se fue él también.

-¿Me voy? - Le preguntó Ryan a Ross.

-Sí - contestó el hombre.

-Bien - asintió y miró a Rexha. - Llamaré para organizar la entrega de la hija del tipo ese.

-Bien, gracias - murmuró la joven.

Ryan se fue. Rexha se quedó mirando a su padre, esperando a que le dijera qué es lo que quería.

-Siéntate - pidió Ross.

La chica le miró con algo de desconfianza. Suspiró y se sentó en el amplio sillón que había en la sala. Él se sentó a su lado.

Ross puso los pies encima de la mesa, donde había algunos ceniceros, y sacó un par de puros de su pantalón. Le dio uno a su hija y los encendió.

Rexha lo miró, lo probó y se giró hacia su padre.

-Un Louxis... - murmuró ella. - ¿Por qué gastas un puro tan caro en mí?

-Hacía mucho que no te invitaba a uno, ¿no? - Rió él. Le dio una calada y soltó el aire.