Víctimas de Xingqiu

Capítulo 9 "Chongyun, eres un idiota"

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XINGQIU POV

"Mi espada expedía más ligerés de lo normal, el brillo de esta permitía ver el reflejo de las cosas, parecía perfecta, como si no existiese defecto alguno. Podía blandirla al ser tan delgada y aparentemente frágil, practicando posturas y relajándome en la tranquilidad de Liyue, me gustaba sentir mi arma como otra extremidad de mi cuerpo, unirme a ella para elevar mis habilidades al máximo, esto era lo que diferenciaba a un verdadero espadachín de los farsantes.

Mi concentración fue interrumpida por un leve toque en mi puerta, guardé compostura y esperé atento las noticias de mi sirviente, Xu, quién al entrar se le veía algo preocupado.

- Maestro. - Me llamó con un rostro indescriptible. - Las cosas se salieron de control, los fatui se niegan a negociar, es importante que usted- Le interrumpí al comprender qué era lo que ocurría.

- Entendido. - Le respondí atento mientras me dirigía a la puerta de salida. - Encárgate del resto de mis actividades, Xu, vuelvo en unas horas. - El joven me obserbaba expectante y de forma inquieta.

- Maestro, no puede ir sólo, además es peligroso. - Me detuve y crucé de brazos frente a él. - ¿Dudas de mis habilidades acaso? - Al ver su rostro apenado sólo me quedó sonreírle de forma confiada y salir de mis aposentos.

Desde que escuché a mi padre hablar de los tratados con los fatui, sabría que esto sería un reto, de cierta forma me esperaba desacuerdos de parte de ellos, lo cuál a mi parecer volvía más exitante la situación.

Llegué a la zona dónde había escuchado previamente que llevarían a cabo las negociaciones, en la cordillera Tianheng, no me costó mucho divisar a unos cuantos fatui bebiendo y riendo muy entretenidos. Mi presencia frente a ellos no significó nada, algo que no me sorprendió en absoluto.

- Buenas tardes, caballeros. - Muy apenas voltearon a verme. - He venido en representación del gremio de los comerciantes de Feiyun. - Al decir éstas palabras, los tres se soltaron a carcajadas frente mía.

- Chiquillo, hazte a un lado, estorbas. - Uno de ellos lanzó una de sus bebidas a mi dirección, por el estado en el que se encontraban no me rozó tan siquiera. - La negociación fracasó, no tenemos nada que ver con su estúpido gremio de incompetentes. - 

- Oh, lo lamento. - Me incliné hacia ellos con algo de sátira. - Pero no he venido a negociar. - Les miré en señal de duelo con una sínica sonrisa. - Y por su bien, realmente espero que acepten las condiciones del gremio. 

- ¿Qué insinuas, niñato? - Me miraron fastidiados y ágilmente tomaron sus armas mientras se acercaban amenazantes. 

No quería recurrir a esto, pero al no ver más alternativas...

. . .

Me encontraba adolorido después del encuentro, fue más dificil de lo que creí, pero finalmente se llegó a un acuerdo, aunque si me costó unas cuantas cortadas que espero sanen pronto.

Me dirigía satisfecho a mi casa cuando divisé una cabeza viendome expectante a lo lejos, fue fácil darme cuenta de quién se trataba al ver el cabello azúl casi grisáceo y ojos celestes de mi compañero. Me acerqué a él y pude notar cómo se inquietaba.