Romanogers []One-shot[]

Heather

Inispirada en la canción Heather - Conan Gray.

La primera hoja de otoño caia, balanceándose acorde a la suave brisa del viento.

La guerra había cesado hace mucho, y América había sido el ganador.

Paz, tranquilidad, y esa inexplicable sensación en todo su ser que la invadía.

Natasha Romanoff, aquella pelirroja que compartía departamento con ambos chicos de guerra, Steve y Bucky, su unica familia, los unicos que tuvieron la amabilidad de darle un techo despues de huir de Rusia, despues de alejarse de su pasado.

Aquella chica que siempre estuvo para ambos, pero aun más para aquel chico que en primeras estancias conoció "debil" y de gran corazón, aquel rubio que sin querer cautivó su corazón, aunque supiera que ese rubio solo la viera como una hermana, y estuviera intentando formar una relación con aquella chica que conocio en su etapa en la milicia.

La pelirroja estaba sentada en aquel asiento rojo, con una malteada en su mano, mientras escuchaba las, algo ruidosas, bromas que lanzaban al aire sus amigos, alivianando y transformando ese ambiente en uno aun más acogedor.

No pudo evitar sonreír, despues de la guerra ellos aun seguían aquí, con ella, aunque con uno que otro cambio físico, pero eso no le importaba, solo importaba que ellos aun seguían junto a ella.

La campanita de la puerta de quel establecimiento sonó, avisando la llegada de alguien; suspiró al ver aquella mirada en Steve, volteo para confirmar sus sospechas y, en efecto, era aquella hermosa chica de cabellos castaños que el rubio conoció en la guerra.

Peggy Carter, esa hermosa y perfecta chica de ojos avellanas que hipnotizaba a ese soldado de ojos oceánicos, aquel angel que podía formar en el rostro del rubio esa tonta sonrisa, que ella no podía.

Suspiró, volviendo a sorber de su fingiendo una sonrisa en el acto.

– Se un poco más discreto Steve– Comentó Bucky.

Rogers se sobresaltó por aquellas palabras de su amigo, no creía que fuera tan obvio; Un leve sonrojo se posicionó en los pómulos de Steve.

–¿ Por qué no la invitas a salir?– Habló  Natasha aun sonriendo.

Ambos chicos la miraron confusos, al parecer la pelirroja estaba intentando ayudar al rubio con la chica de ensueño.

– Se ve que ambos se gustan, deberias hablar con ella, invitarla a salir– Culminó.

–¿Crees eso?– Preguntó incrédulo, Steve

– Anda habla con ella – Sonrió la pelirroja.

Natasha se levantó de su asiento, marcando aquel sonido de sus tacones al caminar, rumbo al tocador.

Tal vez necesitaba lavar su cara.

Al entrar, dejo regar el agua de grifo sobre su tersa piel, viendo cada gota que caía y rozaba sus manos.

Miró su reflejo en el espejo, contemplando cada facción de su rostro.

" Tal vez no soy tan bonita como ella". Pensó
" Tal vez no soy lo que busca".

Bajo su vista, y en su muñeca visualizó aquel reloj que tanto le gustaba, aquel de correa negra y toques dorados; por inercia sonrió, pero, tan pronto como volvió a su reflejo, suspiró, formando una expresión neutra en su rostro.

Cerró aquel grifo, sacudió sus manos y con una sonrisa en su rostro salio de allí, volviendo con sus amigos, aunque esta vez, en aquella mesa que compartían solo se encontraba el pelinegro.