Un infierno en el cielo

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"Un ángel y un demonio no puede interactuar más allá de lo laboral correspondiente a su tutoriado terreste."


Esa era una de las reglas más importantes en los reinos enemigos, aquellos llamados, "cielo" e " infierno".

Un angel no se podía relacionar con un demonio y viceversa.

Hasta que ellos rompieron aquella regla...

Steve, un ángel ejemplar, seguia las ordenes de sus superiores al pie de la letra; de los mejores en su labor, con un gran corazón, como deberia serlo cualquier ángel.

Y Natasha, un demonio rebelde que destacaba en todo lo que se propusiera.

Normalmente, un angel y un demonio no se llegan a cruzar más que una sola vez cada mil años... Pero para estos individuos fue diferente.

No solo se cruzaron 2 o 3 veces, se habían acostumbrado a cruzarse en su labor muy seguido, tal vez solo era un error en los registros lo que los hacia coincidir tantas veces; y que al paso de varios dias, aquello hizo que se conocieron más y más, hasta llegar a sentir algo que los condenaria.

Condena, no se oía tan mal a sus oidos sordos de amor.

Amor, ese sentimiento que no puedes hacer nada para cambiarlo.

Cambio, eso era lo unico que no querian aquel rubio y esa pelirroja.

Descubrieron ese amor que se tenian y querian seguir sintiendo.

Quién diría que un angel tan correcto y una demonio que amaba lo que hacia terminarian en situaciones que perjudicarían todo a su alrededor.

– Steve Rogers... ¿Cómo es posible que pudieras romper una de las pocas reglas del cielo?– Pronunció Sam.– Sabes lo que te espera ante los superiores –

– Se que cometí un error, y si tengo que pagar las consecuencias lo haré, pero por lo menos quiero verla una última vez–

– Eso no lo decido yo... y sabes que no puedo ayudarte– Comentó apenado ante la situación.

– Yo... realmente la amo–

Fue lo único que resonaba en su cabeza, aquel amor prohibido que nunca debió suceder, pero que el destino se encapricho en formar.

– Steve, entiende que es un demonio,es el enemigo esto jamás debió suceder –

– Pero sucedió, Sam.– Dijo al paso que salia de aquella habitación.

No tenia rumbo, pero en su mente solo se divisaba el rostro de aquella chica prohibida que tanto amaba.

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Caminaba de un lado a otro sin dejar de pensar en lo acontecido, en aquel fallo que les costaría caro.

Su rostro cambio a uno de sorpresa al ver a Loki frente a ella, eso no significaba nada bueno, estaba perdida.

Su superior, Loki, seguramente la arrastraria al juzgado para afrontar su destino.

La pelirroja solo pensó en escapar, e inconsientemente sus alas se extendieron al aire, volando lo más rapido que podía, sin rumbo sertero.

Intentando uir de aquella situacion que le esperaba, ser juzgada por sus acciones; No tenia problema en pagar por aquello, pero solo queria verlo una vez más, solo queria eso.

Romanogers  []One-shot[]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora