Romanogers []One-shot[]

El pecado es como el paraíso

Advertencia: Este capítulo contiene escenas +18, si lo lees será bajo tu propia responsabilidad.

Cuanto lo deseaba, lo nesecitaba y ambos lo sabian.

Verlo todos los días no ayudaba, trabajar junto a él, tampoco. Ver y no tocar, era lo que ambos hacian cuando todos estaban precentes, pero nadie sabia que pasaba cuando ambos estaban solos.

De las tentaciones que tienen, esta era la mejor. Eran el pecado que nesecitaban ambos.

Necesitaba sentirla y verla, cada día se veia más hermosa y eso lo descontrolaba, sin contar que movía sus caderas con tal elegancia que al rubio y a muchos más dejaba ignotizado, pareciera que lo hacía a propósito, ella sabía lo deseada que era por muchos.

Había entre lo dos una cuenta pendiente, que necesitaban saldar esta noche.

-- Te veo en la fiesta de Stark -- Dijo susurrando al oido de la denominada Black widow.

-- No deberias hablarme así en público, nos podrian descubrir, por ser quienes somos llamamos mucho la atención -- Dijo la pelirroja entrando al ascensor de Shield, seguida del rubio.

-- Pero nadie nos esta viendo --

Eran los unicos en el ascensor, habían regresado de una misión, la cual fue facil de resolver.

-- Si, pero existen camaras y chismosos que de vez en cuando las ven. -- Habló aún sin mirar al capitán. -- y respecto a la fiesta, asistire, te veo luego -- Salió del ascensor y antes de que se cerrarán las puertas le guiñó un ojo al rubio.

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-- Esta noche te ves como una diosa. -- Susurró el rubio, al oido de Romanoff, la cual vestía un vestido negro hasta un poco más arriba de la rodilla , con un escote en v algo provocativo y unos tacos rojos.

Malditas las ganas que tenía de verla.

-- Se que tu me necesitas, y yo también.-- Dijo de la misma manera que el antes mencionado, a diferencia que al final ella mordió suavemente el lóbulo de su oreja.

-- ¿Que te parece si arreglamos eso ahora?.-- Dijo picaramente.

La pelirroja lo tomó de la mano y lo guió hacia un lugar alejado de todos.

Cuando verificó que no había nadie, lo besó sin compasión, ambos deboraban sus bocas, inundandose de pasión, las manos del rubio vagaban por la pronunciadas curvas de la pelirroja, mientras las manos de la de orbes esmeraldas se posaban en la nuca de Rogers.

El rubio acercaba más a su cuerpo a la pelirroja, la fricción de ellos era intensa, se necesitaban.
Sin desatar el beso caminaron hasta la habitación de Romanoff.

Abrió la puerta con dificultad y al instante que entraron la cerró, se quitó sus tacos dejando ver su estatura normal; le quito la camiseta a Steve, este la ayudó y acto seguido ella entrelazo sus piernas en la cintura del rubio; este besaba su cuello dejando marcas a su paso, bajó hasta sus pechos, en donde se detuvo, la miró a los ojos y volvio a besarla.

Caminó hasta la cama en donde recosto a la pelirroja, sus jadeos cada vez eran más notorios, suavemente fue deslizando su vestido hasta este terminara en el suelo, se posicionó sobre ella y volvió a besarla, este de vez en cuando mordia el labio de la viuda negra.

La pelirroja bajó sus manos hasta el cinturon del ojos azules, se lo quitó y desabotono su pantalón, el rubio se lo quitó rapidamente. Ambos quedaron en ropa interior, los besos se intensificaban más y más, el rubio realizó un camino de beso que empezó en sus labios y poco a poco fue bajando hasta llegar al ombligo de Natasha, levantó su rostro con una sonrisa en sus labios, la pelirroja solo jadeaba, volvio a besar sus labios, a diferencia que ahora sus dedos masageaban la intimidad de la menor.