Capítulo 21

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LA BOVEDA MALDITA

Otra vez pasó una terrible noche con incertidumbre, no sabía si su madre estaba bien o si su padre ya sabía que él estaba vivo, aunque lo más probable es que ya lo supiera. Justo una hora antes de las 10 salió de su cuarto para tomar un baño con agua fría y bajó hacia el piso principal para esperar a los demás.

Después de él, bajó Harry y dejó su mochila en suelo, luego bajó Ron aún muy somnoliento y seguido de él llegó Hermione con una coleta sujetando su rizada y esponjada cabellera, un poco antes de irse, Tonks bajó para despedirse de los cuatro.

– ¿Cómo viajaremos? Dentro de la casa no podemos desaparecer, necesitamos salir de aquí. –Draco cuestionó el plan de Harry.

–Podemos aparecer o desaparecer al cruzar la puerta. Pero debemos hacerlo muy rápido para que nadie note nuestra presencia. – Harry dijo con prontitud.

–Cuídense mucho, chicos. –Tonks les deseó suerte en su viaje con voz tenue.

–Tu igual ten cuidado cuando vayas al Ministerio. –Le recalcó Ron.

–Por ahora estoy fuera de servicio, por lo menos esta semana hasta mis heridas se curen por completo. –Dijo la muy somnolienta Tonks, pues de nuevo prefirió no dormir para estar alerta por si algo salía mal con Remus. –No se preocupen, estaremos bien.

Los cuatro se acercaron a la puerta, estaban listos y cada uno llevaba las cosas que necesitaban para el viaje.

– ¿Están listos? –Harry abrió la puerta y todos salieron hacia el primer escalón de la entrada, se tomaron de las manos y no pasaron más de dos segundos afuera de la casa cuando Hermione los hizo desaparecer.

Al instante los cuatros aparecieron en un sombrío bosque, los arboles eran tan altos que parecían llegar hasta el cielo, su colorido no era muy variado pues aunque deberían de tener hojas otoñales de color dorado y anaranjado, en su lugar estaban llenos de hojas de color verde muy oscuro y café, había niebla por todos lados y el grisáceo color del cielo cubría todo el lugar, era un sitio demasiado lúgubre como para querer permanecer por mucho tiempo.

– ¿Lo hicimos? ¿Llegamos a Albania? –Hermione tenía los ojos completamente cerrados y preguntó con preocupación, pues ella nunca había aparecido en un lugar que no conociera, solo sabía de los bosques de Albania por las imágenes en la literatura pero jamás había estado ahí y temía no haberlos llevado al lugar correcto.

–Si lo estamos, Hermione, abre los ojos. –Le respondió Harry. – ¿Hay algún hechizo para saber en dónde está el lago?

–No lo creo. –Ron comentó desenfadado. – ¿O sí, Hermione?

Hermione extendió la palma de su mano colocando sobre ella su varita en posición horizontal para después murmurar algo.

Oriéntame. –La varita de Hermione comenzó a moverse hasta que apuntó con insistencia hacia su derecha. –Hacia ese lado es el norte, hay que seguir.

–Definitivamente no sobreviviríamos ni dos días sin ella. –Comentó Ron, Harry asintió y Draco no dijo nada, pero pensaba igual que el pelirrojo.

– ¡Rayos! Estamos a mitad de octubre. ¿Por qué hace tanto frío aquí? –Hermione introdujo su mano dentro de su bolso de cuentas y sacó un abrigo largo de color azul marino y se lo colocó por encima de su afelpado suéter gris.

–El frío no puede detenernos. –Comentó Harry con la cara helada.

Pasaron horas caminando por el tétrico bosque, conforme más avanzaban la luz del día iba desapareciendo y el frió de la noche se hacía notar mucho más.

El chico que no tuvo elección / The boy who had no choice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora