Capítulo 4

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DONDE JAMÁS HABÍA ENTRADO NADIE.

Tomó una manzana y salió del comedor con sigilo

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Tomó una manzana y salió del comedor con sigilo. Alternando miradas para confirmar que no lo estaban siguiendo. Llegó a la Sala de Menesteres, se dirigió al Armario Evanescente y sacó su varita.

Harmonia nectere passus. –Murmuró con voz silbante.

Draco, abrió la puerta y coloco la manzana que había traído del desayuno, la cerró de nuevo y volvió a murmurar el hechizo, frente aquel mueble viejo.

Harmonia nectere passus. –La volvió a abrir y la manzana seguía igual. Le dio un puñetazo a la puerta y frunció el ceño. – ¡Maldito mueble inservible! –Mientras cerraba la puerta de golpe.

Salió de aquella habitación y se dirigió a su última clase de la semana. Draco estaba totalmente harto, no sabía cuánto tiempo más, le tomaría en arreglar aquel armario y hacerlo funcionar. Solo sabía que tenía que hacerlo rápido. La Sala de Menesteres, en donde se encontraba el Armario Evanescente, era un lugar al que cualquier alumno en Hogwarts podía entrar cuando quisiera.

Ya en clase del profesor Slughorn, todos estaban tratando de hacer una poción que estaba entre la pagina 15 y 16 del libro de pociones. Hermione se encontraba batallando un poco, con unas raíces resbalosas que tenía que agregar a su caldero, mientras que Harry le daba un leve golpe a Ron con su codo, para que éste volteara a ver el trabajo de Seamus, pues su caldero estaba arrojando chispas y temblando, no pasaron más de tres minutos, cuando el caldero de Seamus, había explotado sobre él y éste se encontraba con toda la cara chamuscada. Los Gryffindors y Slytherin empezaron a reír como si no hubiera un mañana y el profesor Slughorn, ordenó a Dean que llevara a su compañero a la enfermería, con la Sra. Pomfrey. Todos seguían riendo, aunque no era una sorpresa que Seamus hiciera explotar algo, pero dos alumnos estaban totalmente en silencio cuando pasó la cómica explosión. Hermione mantenía su estado cándido y seguía trabajando en sus deberes y la otra persona que estaba en completo silencio, era Malfoy, solo que él parecía, que ni siquiera estaba en la clase, se encontraba viendo hacia la ventana y ni siquiera se había inmutado por la resonante explosión que había sucedido minutos atrás.
Hermione, irritada, por todas las risas y conversaciones de sus compañeros en aquella clase, giró la cabeza para lanzarles una mirada reprobatoria y así poder seguir con su trabajo, pero al quitar los ojos de su caldero, su mirada se postró directamente en Malfoy, pues éste era el único, junto con ella, que no estaba riendo de la desgracia de su compañero. El rubio se encontraba mirando la ventana, como si estuviera buscando algo. Hermione ahogó un gemido cuando se dio cuenta, que de un momento a otro, Draco voltio y la miró directamente a sus ojos color café, Hermione evadió fugazmente su mira y se preguntó a sí misma, el por qué, le habría mirado ¿Habrá sentido su mirada? Optó por no pensarlo más, y así poder seguir con los deberes de la clase, que ya casi llegaba su fin.

...

Era un sábado por la mañana, cuando el trío de oro avanzó con paso veloz hacia el campo de Quidditch, pues ése día comenzaba la temporada. Hermione subió hasta la última grada y se incorporó con sus amigos que también estaban ahí para ver el partido de Gryffindor Vs Hufflepuff.
Harry, quien era capitán del equipo, se colocó frente a los demás jugadores para darles una plática motivacional antes del juego. Ron también estaba ahí, solo que más pálido, angustiado y un poco despeinado que los demás, pues ése era su primer partido en un equipo oficial de Hogwarts. Ron había obtenido el puesto de guardián, pero se encontraba con un poco de temor de poder resbalar de su escoba, ya que sabía que cuando estaba nervioso, las manos le sudaban a más no poder.

El chico que no tuvo elección / The boy who had no choice.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora