Capítulo 11: La Visita

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Allison

Estaba en la oficina revisando los precios de algunos productos que lanzaría la empresa en un futuro y además veía la fecha en la que sería más probable que tuvieran un mejor recibimiento.

Había productos que se vendían mejor dependiendo de la época y el lugar. Muchas veces habían lugares donde algún producto era muy popular y otros donde no tanto y era mi trabajo y el de mi departamento usar esa información para mejorar las ventas.

Pronto sería navidad, solo quedaban dos semanas y era una época clásica donde las compras subían y luego de que pasaran las fiestas, se hacían ofertas para que la gente siguiera comprando con el dinero que les quedaba.

De pronto, mi celular comenzó a sonar.

Lo tomé de mi escritorio y miré la pantalla, era Alex.

Contesté sin quitar la vista de la pantalla de mi laptop y me puse el teléfono en la oreja.

—Hola, ¿Qué pasa?

Hola, Ally... quería hacerte una pregunta.

¿No estás en clases a esta hora?

No, tengo después.

—Bien, pregunta.

¿Qué haces para noche buena?

—Cenar... mis abuelos y yo, ¿por qué?

—Es que mi familia se enteró de que tú y yo, ya sabes... y quería invitarte a cenar en noche buena para que los conocieras.

No era como que estuviera ansiosa por conocer a la familia de mi novio falso, pero esa era una buena ocasión para convivir con ellos

—Claro. No tengo problema. Mis abuelos suelen dormir temprano ese día.

Perfecto. Gracias, Ally. Adiós.

—Adiós.

Colgué la llamada y me tiré sobre el asiento de mi escritorio.

Noche buena y navidad no eran festividades que me agradaran, ya que, desde los nueve que no tenía una decente. Sí, mis abuelos hacían lo posible, pero tenía más de setenta años y el exceso de trabajo los mantenía cansados. Las veces que se habían intentado quedar despiertos conmigo para abrir los regalos, bueno, se habían quedado dormidos en el sofá y luego de unas dos horas, despertaron con un buen dolor de cuello.

Por obvias razones, ver todas esas cursilerías de pasar las fiestas en familia me causaba náuseas. Era cierto que cualquier niño hubiera querido recibir los regalos que me daban mis abuelos, pero eso no llenaba el vacío de mis padres.

Algo que sí hacía antes de navidad, era ver a mi madre. Sabía que ella no quería verme, pero me sentía mal porque nadie más que yo la veía.

Una mujer sola, con padres fríos y adictos al trabajo, viuda y con unos hijos como la mierda... Sentía tanta pena por ella, más como persona que como madre.

Mis hermanos no la veían jamás y no los culpaba, no tenían un gran apego emocional con ella, pero yo me sentía en la obligación de al menos verla y decirle feliz navidad.

Debería hacerlo temprano ese año porque después debería verme normal para la cena con la familia de Alex, no como si hubiera tenido el peor día de mi vida.

[...]

Las dos semanas se habían pasado volando gracias al trabajo y otras cosas que había que hacer, y no podía creer que en ese momento estuviera conduciendo hacia la institución mental para visitar a mi madre.

¿Matrimonio? [Compromisos #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora