Capítulo 25: La Contrincante

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Allison

Un momento de debilidad y estupidez. Sí, eso había sido todo lo que había pasado la noche anterior.

Aunque había sido solo un beso, fue el beso más largo que había dado en mi vida y el más desesperado.

Temía que Alex se hiciera una imagen errónea de mis intenciones. Yo no quería nada con él, pero estaba tan necesitada de amor y cariño, que no pude detener lo que había pasado.

Estaba dispuesta a aclarar las cosas cuando él despertara, pero entonces me volteé a verlo y me sentí culpable.

¿Cómo le explicaba las cosas a alguien tan sensible como él? Podía no quererlo en sentido romántico, pero me preocupaba y no quería destrozar su corazón.

En ese momento, sentí el sonido de algo vibrando.

Me levanté con cuidado de no hacer mucho ruido y tomé el celular de Alex de su mesa de noche.

Cuando lo encendí, vi un mensaje de su amiga Miranda:

"Lo de anoche... ¿podemos hablarlo?".

Hacía tan solo dos minutos sentía culpa, en ese momento sentía ira. Una profunda e intensa ira.

¿Qué demonios habían hecho anoche? ¿Y por qué Alexander no me había dicho nada?

Entendía que yo había llegado acelerada y que con mi problema no lo había dejado hablar demasiado, pero si había hecho algo con Miranda, ¿Por qué demonios me había besado a mí?

Entonces llegó otro mensaje de ella:

"Sé que tienes a Ally, pero tú... me gustas como algo más que un amigo".

No, esa desquiciada no iba a arruinar mis planes. Alex sería mío hasta al menos diciembre de ese año y hasta ese entonces, ninguna tarada se metería en mi falsa relación con él.

Dejé el celular donde mismo y volví a la cama.

No manipularía los mensajes ni nada por el estilo, yo no jugaba tan sucio. Dejaría que Alex eligiera: la tipa esa o yo.

Me pegué a Alex y suavemente, dejé un beso en sus labios. Él solo movió un poco la nariz como respuesta, así que repetí la acción.

Alex abrió los ojos de a poco y cuando me vio ahí, dio un salto.

-Ally... había olvidado que estabas aquí...

«Ah, pero no olvidaste lo que hiciste con Miranda anoche, ¿cierto, traidor?».

-Oye...

-¿Qué? -Alex se estaba estirando, ya que, estaba recién despertando.

-Ya pasaron siete meses...

Él pareció no entender, pues me miró y movió sus ojos de lado a lado intentando descífralo.

-Me tienes que pedir matrimonio.

Esa sería mi mejor jugada. Cuando la pobre de Miranda supiera que Alex me había pedido matrimonio, estaría más que acabada y destruida. Podría ser que se alejara ella sola, incluso.

-Ah, cierto... -dijo, no muy animado.

-Ya que, estoy aquí, deberíamos hablarlo.

-Bien, ¿cómo debo hacerlo? -Alex parecía nervioso o distraído, quizás estaba pensando en lo que había sucedido hacía tan solo unas horas.

-Le dirás a mi abuelo que quieres pedir mi mano y que quieres organizar una cena para eso. Él te prestará la mansión y tendrás que llevar a tu familia, entonces me harás la pregunta mágica y yo aceptaré. Fin.

¿Matrimonio? [Compromisos #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora