Magnus acompañó a Alec hacia su auto.
— Jace, iremos a la heladería.— Le informó Alec.— ¿ Puedes?
— Claro, suban.— les dijo.— ¿ A cual?.
— Llevamos a una que esta como a tres cuadras de aquí.— se metió Magnus.
— Ya se cual es, vamos.— dijo serio mientras se acomodaba.
Notó que le daba una extraña mirada a Alec, los miró a ambos y luego subió al auto.
— ¿ Como siguió Clary?— preguntó Alec.
— Bien, aun le duele el cuerpo pero esta bien.— le informó Jace.— ¿ Y como sigues tu de aquello?
— No te mentiré, aun... estoy en eso, pero mejor diría yo.
Magnus no entendía de que hablaban pero sentía que aquellos se conocían bien o tenían una amistad.
....
Llegaron a la heladería y Magnus se apuró a bajar para mantener la puerta abierta para Alec.
Se bajó y le tendió la mano, Alec la miró por unos segundos pero al final decidió tomarla.
Tan rápido como se bajó la soltó y no dijo nada.— No tarden tanto por que mi hora de salida es en una hora.— les aviso Jace.
Alec asintió y entró, se sentaron en una pequeña mesa y espero que Magnus trajera su helado.
Mientras tanto movía los dedos impacientemente en la mesa, se sentía extraño y nervioso a la vez.
Miró a un solo punto y como siempre su mente comenzó a viajar a los malos momentos, a veces no entendía por qué le costaba tanto no pensar en lo que pasó.
Magnus puso los helados y él pego un brinco.
— Perdón. — se río Magnus ajeno a lo que le pensaba y sentía .— ¿ Estás bien?
Alec sintió un nudo en la garganta pero se inclinó y agarró el helado.— Si, gracias.
— No sabía cual era tu favorito, así que te traje uno de tres sabores.— le comunicó con una sonrisa.— ¿ Cual es tu favorito?
— Yo... no tengo.— Sentía que no podría hablar, pero necesitaba distraerse.— Todos me gustan.
— Eso es exelente, así es más fácil.— sonrió, se sentó en frente suyo y comenzó a comer.— ¿ Como te fue hoy?.
— Bien.
— ¿ Solo bien?, ¿ no exelente o pésimo?— le dijo tratando de expandir el tema de conversación.
— Creo que si me fue pésimo, estoy cansado.— le contó.— Además me dejaron mucha tarea.
— Eso si que es deprimente.— dijo aburrido. — Oye, ¿ Jace ya no es tu guardaespaldas?
— No.— contestó con pesar.
— Vaya, bueno tener un guardaespaldas es aburrido.— Intentó bromear pero lo cierto es que Alec no le vio el buen gusto.— Vamos, sonríe. Nadie necesita un guardaespaldas a tu edad.
Alec se quedó callado por unos segundos.— Pero yo si.— susurró.
— Claro que no, ¿ para que?.— siguió con el intento de hacerlo sonreír sin darse cuenta que solo dañaba a Alec.— Ellos informan a nuestras papás de lo que hacemos, además podemos defendernos solos
— Pero yo no.— se alteró Alec.— No puedo, soy un inútil, tengo miedo a todo, incluyendo a no tener a alguien que este conmigo a todos los lados que vaya, necesito que alguien más me cuide por que.... por que... — Se calló al darse cuenta de lo que estaba por decir. Dos emociones lo atacaron en ese momento, la ira hacia lo que le pasaba y mucho dolor.
ESTÁS LEYENDO
MI Karma.
Random¿ Que tanto tenemos que dañar a una persona para saber que la amamos?. Magnus tendrá que averiguarlo. Pero , ¿ será muy tarde cuando se de cuenta? Alec sufrirá pero tendrá a dos personas ayudadandolo siempre . Pero, ¿ logrará superarlo?.