Tres semanas después.
La amistad de Alec y Magnus cada día iba mejor, se comunicaban más y no es que Alec ya confiara del todo, pero se siente bien con Magnus.
Era sábado y habían quedado en verse, mas sin embargo Imasu llego a su casa antes que Magnus pudiera salir.
— ¿ Para donde vas amor?— le saludo con un beso en los labios.— Te ves hermoso.
— Gracias, Imasu, lo que pasa es que hoy voy a ir a comprar algunas cosas al centro comercial.— le informó.— No te avise por que voy con Alec, pero si quieres vamos los tres, por mi no hay problema, amor.
— ¿ Con Alec?— dijo con un extraño tono.— Bueno, ya que hablamos de eso, ¿ harás que el te compre las cosas?
— No.— se río Magnus, pero la cara seria de Imasu lo hizo dudar.
— Si de verdad te lo estás tomando como un desafío has que Alec te pague todo lo que quieras.— Se le acerco con una sonrisa perversa.— ¿ No seria eso divertido?, ya que el alardea de que tiene mucho dinero y todo eso.
Magnus se quedó pensando en que eso sería algo cruel, pero Imasu se molestaría con él, de todas formas a veces no le gustaba la cercanía de ellos dos.
— Si.— dijo dándose la vuelta.
— No me convence ese si, amor.— le informó Imasu.— Traeme una prueba.
— ¡ Imasu por lilith!— explotó Magnus, pero rápido se dio cuenta de su error.— Esta bien, traeré la factura.
— Por un momento creí que lo ibas a detener.— se burló Imasu.— ¿ Que tonto verdad, amor?.
— Si.— intentó sonreír pero si sonrisa caía.— En fin, amor, nos vemos luego.
Imasu lo agarró de las caderas y le dio un beso apasionado. — Te amo.
— Yo más.— sonrió. Se alejó y salió rápido.
Alec lo estaba esperando afuera, en su auto junto con Jace.
Se subió y saludo a Alec con alegría.
— Magnus, ya se que te dije que te iba a acompañar al centro comercial, pero me gustaría que primero me acompañaras a un lugar.— le dijo misterioso.
— Esta bien.— Aceptó gustoso.— Pero si me urge ir a retirar un traje que tengo, es que cierran en una hora y pues lo necesito mañana para un almuerzo.
— Vamos entonces.— Alec sonrió y se puso el cinturón.
....
Llegaron a una de las tiendas más refinadas y caras del centro comercial, entraron y Magnus pidió ver algunos trajes.
Se probó algunos y al final se decidió por uno tinto con detalles café y azul.
— Me gusta mucho ese color.— informó Alec con una sonrisa.— ¿ Sera solo eso?
— Si, vamos a la caja.— le pidió.
Sus nervios comenzaron a crecer, estaba por hacer algo cruel por salvar su relación o posible discusión con Imasu.
Se preguntó por que hacíamos tales cosas por amor.
Llegaron a la caja y él comenzó a buscar la tarjeta de crédito, la cual sabia perfectamente que estaba en su camisa y no en las bolsas del pantalón.
— ¿ Que ocurre?— susurró Alec al ver la cara que hacia, la cual era fingida. La chica que estaba cobrando le miraba raro.
— No encuentro mi tarjeta de crédito y no ando efectivo .— fingió desesperación, ya estando en ese punto no podía retroceder .
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MI Karma.
De Todo¿ Que tanto tenemos que dañar a una persona para saber que la amamos?. Magnus tendrá que averiguarlo. Pero , ¿ será muy tarde cuando se de cuenta? Alec sufrirá pero tendrá a dos personas ayudadandolo siempre . Pero, ¿ logrará superarlo?.