Alec se sintió mejor al día siguiente, Jace ya había llegado y muy emocionado le hizo una video llamada para mostrarle donde viva ahora.
Definitivamente era mejor donde estaba ahora, más grande y cómodo.Magnus le escribía más seguido para que no se sintiera mal, además intentaba contarle chistes y chismes para mantenerlo pensando en otra cosa que no fuera que esta solo.
Pasaron cuatro días y Alec estaba como si nada hubiera ocurrido, es verdad que extrañaba a Jace pero lo asimiló.
Sus papás venían al día siguiente y Alec estaba muy emocionado de verlos después de casi tres meses, y más aún de saber que estarían para su cumpleaños que estaba muy próximo.
En esos días fue el juicio de Javier, Magnus lo acompaño a declarar, siempre apoyándolo. Por unos cortos minutos sintió pena por Javier al saber que fue que le arrebataron a su pequeña y por eso buscaba a ella en otra persona.
Maia siguia llegando y llevaba a su pequeña.
Un sonido en la puerta lo sacó de sus pensamientos , sabía que era Magnus así así fue rápido.
— ¡ Magnus!— gritó feliz. Se tiró sobre él y comenzó a besarlo desesperado, sin importarle que estaba un poco mojado. — Que bueno que llegas.
— Ni esta lluvia me detendría— le dijo llevándolo hacia dentro y besnadolo.— ¿ Tienes un poco de té caliente?
— Tan lindo.— dijo con cariño.— Y si, ve a cambiarte y yo traigo un poco.
— Por supuesto Garbancito.— sonrió.
Alec se fue hacia la cocina y preparo más té, además sacó pan cuadrado y algunas cosas para hacer un emparedado.
Le llegó un mensaje de sus papás y se distrajo un momento hasta hasta Magnus llegó y lo abrazó por atrás.
— Tu si estas calentito.— dijo Magnus frotando su mejilla en la espalda de Alec.— No se porque te gusta tanto el frío.
— No se, lo amo, es tan delicioso. El frío lo puedes quitar con un caliente abrazo o abrigo— dijo sonriendo mientras le agregaba azúcar al té.— Y.... de otra manera.
— ¡ Alexander!— se hizo el sorprendido.— Eres un pervertido.
— ¿ Porqué? estoy hablando de dormir— comenzó comenzó reírse mientras se volvía y quedaba entre los brazos de Magnus.— ¿ Que pensaste?, ¿ hum?
— No, en nada.— Magnus lo vio de manera perversa, se acercó a besarle el cuello, después las mejillas y finalmente los labios.
— Dime.— le pidió Alec subiendo sus manos para apretar su camisa al sentir a Magnus pasar sus labios en su oreja.
— Estas un poco helado.— le susurró Magnus pegándose a él. — Debo quitarte el frío o enfermeras.
— ¿ Me darás tu chaqueta acaso?— trató de sonar coqueto y atrevido. Su emoción creció al ver como Magnus se alejaba y sacaba su camisa.
— Te puedo dar mi camisa, guapo, eso o te referías.— volvió a pegarse a él y comenzó a besar a Alec con desesperación, a la vez que el también le devolvía el beso con desesperación y pasando sus dedos por la espalda de Magnus.
— Creo que no es suficiente — susurró con un jadeo, bajo sus manos pero aún le daba vergüenza bajarla más allá del botón del pantalón así que solo tentaba a Magnus. Jaló a Magnus de nuevo a sus labios.— También debes darme tu pantalón o mis piernas se conjelaran.
— Lo que mi rey ordene. — jugueteo Magnus. Volvió a alejar y se sacó el pantalón despacio.
Alec sintió su miembro pararse al verlo así de sexy para él.
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MI Karma.
Losowe¿ Que tanto tenemos que dañar a una persona para saber que la amamos?. Magnus tendrá que averiguarlo. Pero , ¿ será muy tarde cuando se de cuenta? Alec sufrirá pero tendrá a dos personas ayudadandolo siempre . Pero, ¿ logrará superarlo?.