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Alec pasó todo el día en el colegio y a la hora de la salida se fue directo a su nuevo apartamento, Magnus se había ido a su casa a hacer tareas, por lo que quería le toco estar sólo.

Todo fue como le prometieron, dejó su auto en el estacionamiento, el cual era realmente seguro, el elevador estaba a unos metros de distancia y funcionaba solo si el pasaba su tarjeta.

Le gustó mucho la seguridad que había por todos lados.

Llegó a su apartamento y comenzó a acomodar sus cosas, las cuales eran realmente pocas, le tocó comprar algunas cosas personales pero el resto ya los tenía.

....

Paso una semana acostumbrándose al lugar, a manejar y además a acomodar  sus propias cosas, sin embargo se estaban acercando los exámenes y a veces no le quedaba tiempo de acomodar y hacerse de comer, por lo que estaba decidiendo seriamente en pagarle a alguien para que le hiciera la cena y le ayudara a lavar su ropa.

....

Se alistó para ir al colegio, tomó las llaves del auto y bajó al estacionamiento.

Estaba más que satisfecho con el orden y la seguridad del lugar.

Nadie podía activar el ascensor si no tenía la tarjeta, además en la salida le pedían todos importantes.

Iba saliendo cuando casi pega contra una pared, y no por que no supiera manejar, si no porque al otro lado se la calle estaba Javier con dos perros y un periódico en su mano derecha.

Desde el auto se quedó en shock, sin saber si volver a la seguridad del edificio o irse rápido hacia el colegio.

No podía denunciarlo porque parecía casual, excepto por su cínica mirada.

Apretó el volante y encendió el auto, necesitaba ir al colegio y ese psicópata no se lo impediría.

****

Magnus esperó a Alec en la entrada pero no llego, extrañado se fue para su salón, sin embargo seguía preocupado, así que le mando muchos mensajes, y el seguía sin responder.

Sus pensamientos llegaron a ser muy malos, estaba nervioso y movía el pie insistentemente. A la hora de la salida del receso agarró sus cosas, ni siquiera las metió a su bolso, se las llevó en la mano y camino directo al salón de Alec.

Miró a todos salir y entre los últimos venía él, se aproximó y lo jaló del brazo.— ¿ Estás bien?, no te vi entrar en la mañana, ¿ te agarró la tarde?

— No, es que... es que entré por el estacionamiento de los maestros.— comunicó, no quiso decir más nada, no quería impacientarlo. — Se me olvido avisarte.

— Estaba preocupado.— se quejo Magnus.— Y más con ese tipo en la misma ciudad.

— Sabes que todo está bajo control.— mintió.— En fin, vamos a clases.

Caminaron a la par por los pasillos, Alec estaba un poco callado y en el poco tiempo de conocerlo sabía sabía algo no estaba bien.— ¿ Tienes algo que decirme?

Vio a Alec detenerse de golpe y dirigirse a los lavados para tomar agua, se acercó y le acarició la espalda baja.— Garbancito, estoy preocupando, ¿ ocurre algo?, confía en mi.

— No quería.... decírtelo para no impacientarte, pero esta mañana estaba Javier en la salida del estacionamiento, ya sabe que me quedo ahí. — se arrecosto a los lavados y lo miró con miedo.— Ese tipo me sigue a donde sea, esta muy al pendiente, tengo miedo que me lleve de nuevo y... no se.

Magnus se acercó y lo abrazó un poco, luego beso su frente y sonrió.— Todo estará bien, no dejaremos que se te acerque más.

— Gracias Magnus, ahora eres el único que me quedas.– susurró. Al darse cuenta de lo dicho se sonrojo muchísimo.— Bueno, también está Jace... pero él tiene familia y no quiero molestar.

MI Karma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora