Capítulo II: Se llama Rose

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Alguien insistía en tocar la puerta así que me vi obligada a dejar mi preciado sueño y levantarme de la cama, me refregué los ojos mientras intentaba despertar y suelte un suspiro frustrado ¿Qué día era? ¿Era fin de semana ya? Si así era tendría que ver que hora era pues tenia turno en la cafetería, no quería ir a trabajar, pero mi inscripción en la universidad no se pagaría sola. Tal vez mis padres pagan gran parte de la universidad, pero todas formas tenia que trabajar pues mis padres no tenían mucho dinero y para mí como la hija menor era crucial intentar ayudarles en lo que pudiera, mis hermanos ya se habían independizado, lo hicieron apenas salieron de la universidad y consiguieron un trabajo, ellos me ayudaban de vez en cuando, cuando era realmente crucial.

Empezando por el hecho de que no me gustaba pedirles ayuda económica, ellos tenían sus familias y tenían que hacerse cargo de sus hijos, ninguno de sus hijo tenia más de 5 años. Les contare un poco, mi nombre es Christina Müller tengo un hermano que se llama Benjamín (de 25) y luego esta mi hermana Isabella (de 28). Benjamín se había casado hace 4 años cuando su pareja quedo embarazada de su primer hijo e Isabella no se había casado pero eso no quitaba el hecho de que ya tenia 2 hijos, no entendía muy bien como funcionaban las familias de cada uno porque no los veía mucho, es decir, con un poco de suerte sabia que habían tenido hijos pero el único momento en que los vi fue cuando me toco ir al a verlos luego del parto y si les soy sincera no sabia si esos seres humanos eran mujeres, hombres o que era, yo solo sabia que existían y que en algún momento me tocaría coexistir cerca de ellos pero mas que eso no sabia.

Bostece y me estire un poco antes de mirar por la mirilla de la puerta para ver quien se encontraba del otro lado de la puerta, una parte de no quiso ni pensar en abrir la puerta cuando vi a Peter del otro lado, pero cuando me di cuenta ya era muy tarde, instintivamente había abierto la puerta al divisar la cara del chico a través de la mirilla. Me maldije para mis adentros reprochándome por lo idiota que había sido eso.

Pero en el instante en el que el chico extendió su mano con mi celular me dieron ganas de golpearle la cara, tome mi celular con odio y antes de que el pudiera siquiera decir una palabra le cerré la puerta en la cara para luego escuchar como volvía a golpear la puerta, las primeras tres veces fue con gentileza y luego se desespero y comenzó a golpearla con odio. Cerré los ojos con fuerza mientras apoyaba mi espalda contra la puerta y me llevaba una mano al pecho, aun no podía entender como es que había pasado 4 años siendo la pareja de Peter, no entendía como lo había soportado tanto tiempo.

— ¡Peter lárgate! — le grite cuando pude respirar aunque sea un poco, tenia tanto miedo que en ese momento agradecida que la puerta nos separaba.

— ¡Tenemos que hablar y lo sabes!

— No tengo nada que hablar contigo Peter, ya te lo dije ¡TERMINAMOS! ¡Ahora vete!

— No me voy a ir hasta que des la cara, vamos Christina sal si tienes huevos — Esa fue la frase final que me hizo dejar mi posición contra puerta, acercarme a uno de los cajones de la cocina y tomar el primer cuchillo con filo que encontrara a mano — Vamos Christina, ¡SAL DE UNA PUTA VEZ! — grito del otro lado de la puerta, tome el cuchillo con la mano izquierdo (Mi mano dominante) y con la mano libre abrí la puerta.

— Vete Peter, ya te lo dije — intente hablar con la mayor cantidad de seriedad y autoridad que podía pero de todos modos me costaba, estaba aterrada y si Peter se atrevía a ponerme una mano encima no iba a dudar en clavarle el cuchillo.

— Por favor amor, solo déjame explicarte las cosas — aparentemente se había calmado un poco, aun así me mantuve firme con la mano izquierda detrás de la puerta y sin dejarlo entrar.

— Tienes un minuto.

— Se te cayo ayer en la universidad y te lo quería venir a dejar pero estaba Rachel y no me dejo entrar.

Tus Labios Junto a los MíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora