Tus Labios Junto a los Míos

Capítulo IV: Café con Alcohol

Para cuando me desperté note que la pequeña ya no estaba en el sofá, la luz de pie que había en el lugar y que había estado prendida toda la noche ahora estaba apagada con la diferencia de que entraba una cantidad de luz natural considerable por la ventana del lugar, la verdad es que el lugar en si era amplio, no lo había notado la noche anterior pero el hecho de que fuera blanco le daba esa sensación de que el lugar era más amplio de lo que aparentaba. Me obligue a sentarme en el sofá mientras me pasaba las manos por el rostro para terminar de espabilar, en eso apareció Rose, iba vestida con unos shorts negros y una playera blanca que siendo sinceros no iba muy acorde a la época del año y tenía una taza en al mano.

— Hola ¿Cómo dormiste? — preguntó con una sonrisa gentil en el rostro y yo asentí con la cabeza como diciéndole que bien — Perdón si Emma te molesto en la mañana ella tiende a despertarse temprano — Sentía que Rose se iba a disculpar por todo lo que hiciera la pequeña y siendo sinceros la chica era un amor de persona.

— Bien, dormí bien gracias y no te preocupes no me molestó en absoluto — busque mi móvil para notar que tenía unos mil mensajes de Rachel y que ya iban a ser la 1 — Dios me tengo que ir — me levante para tomar mi ropa y proceder a cambiarme, en ese momento no me importo si Rose estaba parada detrás de mi — Muchas gracias por la hospitalidad y por salvarme el culo ayer por la noche, perdón si genere algun tipo de molestia y por parecer tan descortés por irme así pero tengo que llegar a la cafetería para hablar con el jefe, Rachel me va a matar y Emma es un amor de persona — finalice una vez termine de ponerme mi ropa — Tu hermana tiene una hija maravillosa — al igual que anoche note como las facciones de su rostro cambian, por algun motivo no le agradaba que dijera cosas respecto a su hermana.

— Tranquila, déjalo ahí tengo que lavar — Añadió al notar que me iba a poner a doblar las mantas.

— En serio gracias — tome mis cosas y Rose me acompaño a la puerta del apartamento, creo que realmente iba a quedar en deuda con Rose.

— Quizá te vea en la cafetería uno de estos días — No dijo nada más.

Una vez estuve fuera del apartamento me fui corriendo a la cafetería, el jefe por lo general llegaba a lasa 10 para irse a eso de las 13 a más tardar 13.30 y quería hablar con el para ver si podía comenzar a trabajar más turnos en el lugar ahora que estaba de vacaciones, que siendo sinceros el señor era un amor de persona así que no creo que tuviera problemas en hacerme cubrir más turnos en el lugar.

— ¿Llegue a la hora? — le pregunté a Alan que como siempre ya estaba en lugar, el trabajaba toda la semana en la cafetería.

— ¿Para que? — Preguntó y yo busque al señor con la mirada.

— ¿Se fue el jefe? — El asintió con la cabeza — Mierda — me lleve las manos a la cabeza para ir a sentarme a una silla — Mañana vengo entonces — Añadí para irme.

Tenía que llegar al apartamento a explicarle a Rachel porque no había llegado en la noche, primero pase a comprar algo para almorzar con Rachel, creo que la chica era más dócil si nos sentábamos a hablar con un plato de comida al frente, para cuando llegue al apartamento dejé las cosas en la cocina y lo único que pude hacer fue irme directo a la habitación, en donde estaba Rachel durmiendo, yo me deje caer en el espacio vacío de la cama, la verdad es que en ese momento sentía que mi irresponsabilidad me había ganado, pero quizá mañana no llegaría tarde a la cafetería, ¿Cómo es que había dormido hasta tan tarde? Ni siquiera había dormido en mi cama como para permitirme dicho lujo.

— ¿Tu crees que estas son horas para llegar? — preguntó la chica media dormida y yo la mire.

— Traje almuerzo — Le comenté, eso hizo que la chica se despertara en un par de segundos