Capítulo III: ¿Tienes idea de con quién estabas hablando?

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¿Sabéis algo? a veces podía odiar eso de ir a la universidad y tener que trabajar así el sábado siguiente me tome el día libre y le dije a Rachel que no me molestara porque pensaba en dormir todo el día y lo mismo le dije a Alan mientras que me disculpaba por dejarle solo durante el turno del sábado, Peter no había hecho acto de presencia en toda la semana, ni en la cafetería ni en clases y lo agradecí infinitamente, pero me termine por enojar cuando alguien toco la puerta del apartamento el día que se suponía que lo tenía libre, así que me obligue a levantarme de la cama para ir a ver quien osaba a interrumpir mi día de descanso, ¿Recuerdan que les había dicho que tenía un hermano? Bueno Benjamín estaba de pie al otro lado de la puerta y me tomo un momento reaccionar para invitarlo a pasar.

— ¿Qué te trae por acá? — Pregunté finalmente cuando el chico entro a mi apartamento.

— Rumores hermanita, sólo rumores — al menos no había venido con su esposa (Que siendo sinceros era un dolor de culo) ni con sus hijos (Que eran unos malcriados insoportables que agotaban mi paciencia)

— ¿Cómo están los niños? — pregunté aún terminando de despertar, los odiaba, eran mis sobrinos y cuando recién habían nacido eran unos amores ¿Pero ahora? No los soportaba.

— Bien, mamá me dijo que terminaste con Peter — ¿En serio íbamos a tener esta conversación ahora? ¿Cómo se había enterado mamá de eso? ni siquiera le había llamado para no comentarle del tema pero de todos modos asentí con el cabeza.

— Pero si le preguntas a Peter estoy segura de que te dirá que él terminó conmigo, ya sabes cómo es de orgulloso — a mis padres les fascinaba Peter, primero porque tenía dinero, el sueño frustrado de mis padres es que yo me casara con él y segundo porque se había ganado a mis padres de una forma que no sabría explicarles.

— ¿Por que terminaste con él? — ¿Le decía la verdad? Si, digámosle la verdad después de todo es mi hermano y si no le decía yo se iba a enterar de todos modos y también había una posibilidad de que no me creyera.

— Me estaba engañando con una chica que estudia en el MET y es un toxico asqueroso, creo que es la mejor decisión que hice en mi vida — Benjamín me quedo mirando como procesando lo que le había dicho.

— ¿No te hizo nada? Si te hizo daño solo dilo, no tengo problema en un a golpearle con bate — ¿Por que tenía que ser tan hostil? Primero la chica del café Rose, creo que se llamaba, que quería que le golpeara y ahora Benjamín que estaba segura de que lo mataría a batazos

— Que no, que no me hizo nada ¿Que les dio a todos ahora? — pregunté y el me quedó mirando desentendido — Puedes ir a golpearlo si quieres, sería interesante ver eso de todos modos — Sonreí ante la idea, al menos así aprendería que un no es un no y ya.

— ¿Conoces a la chica con la que te estaba engañando? — añadió a la pregunta.

— Solo se que se llama Laura, creo que venía una vez al mes para acá — me levanté de hombros quitándole importancia al asunto.

— Bien, vale ¿Tienes algo que hacer hoy? Podemos ir a almorzar — ¿Mi hermano invitándome a almorzar? Joder quizá que estupidez hizo ahora.

— ¿Me vas a contar que fue lo que ocurrió? — el asintió con la cabeza — Vale, acepto hamburguesas.

Terminó por acceder a mi petición. Vale seamos sinceros hace como un año que veía a mi hermano y no es que me molestara es que ellos ya eran grandes, tenían sus propias familias y no eran apegados a nuestros padres, por eso una vez cada dos o tres meses Isabella se acordara que tenía una hermana mayor, me venía a ver y me preguntaba si es que necesitaba algo luego me dejaba en claro que si en algún momento llegaba a necesitar ayuda para solventar los gastos económicos de la universidad o del apartamento entonces que no dudara en decirle y luego estaba Benjamín, por su lado sus vistas ocurrían cuando el estimaba conveniente, podía ser cada dos meses así como una vez al año, pero sinceramente no era algo que afectara demasiado mi vida, después de todo casi no me relacionaba con mis hermanos. Entonces Benjamín me saco del apartamento a comer hamburguesas, nos encontramos sentados en un restaurante que sinceramente se veía bastante elegante, pero era Benjamín, él tenía el dinero para darse esos lujos.

Tus Labios Junto a los MíosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora