XII- Cielo rojizo

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(POV Starfire)

Aproveché que Terra estaba inconsciente para ayudar a mi amiga en el otro extremo de la habitación. Me di la vuelta y arrojé varios starbolts hacia el hombre que seguía peleando contra Raven sin embargo éste se teletransportaba con rapidez evadiéndolos.

Raven estaba suspendida en el aire diciendo una y otra vez "Azarath Metrion Zinthos" mientras dos estantes eran arrojados a Psimon. Éste los esquivó fácilmente, aunque esto lo distrajo para recibir de lleno una esfera de energía oscura que Rae había creado con sus manos y que logró darle en el abdomen haciéndolo retroceder unos cuantos metros. Aproveché que estaba aturdido y me acerqué volando hacia él propinándole un puñetazo en el pecho que lo dejó en el suelo.

Volé hacia Raven y le pregunté si se encontraba bien, ella asintió respirando con dificultad debido al esfuerzo que estuvo haciendo. Yo aún no comprendía bien la situación y seguía preocupada por los demás Titanes; no habíamos recibido ningún mensaje por el transmisor y no tenía idea de cómo quitar el protocolo de cuarentena, usualmente Cyborg se encargaba de esas cosas.

―Tenemos que salir de aquí ―comentó Raven acercándose a la computadora pero fue en vano, la cuarentena no podía ser desactivada desde adentro o al menos no sin la ayuda de Cy o Robin quienes estaban más familiarizados con la informática.

Mis golpes no servirían para tirar el metal con el que estaba forrada la enfermería y Raven no tenía la energía suficiente para abrir un portal que pudiera llevarnos a las dos.

―Tienes que irte tú. Eres la única que puede salir por medio de un portal y desactivar la cuarentena del otro lado ―le dije acercándome al gran metal que cubría la puerta. Ella me miró con negativa y volví a hablar: ―¡Es la única forma de salir! ¡Tenemos que ir por los demás!

Se lo pensó unos segundos y abrió un portal muy pequeño que atravesó de inmediato pues no era estable. Respiré con calma, al menos ya se había marchado y debido a que podía saltar entre dimensiones requeriría un tiempo para que lograra llegar al pasillo.

Pasaron algunos segundos cuando escuché un estallido del otro lado. Grité varias veces el nombre de mi amiga para ver si lograba escucharme pero no obtuve respuesta. Me asusté porque ya no escuchaba nada del otro lado y el protocolo seguía resguardándome en este lugar. Me desesperé enseguida ya que Raven seguro estaba en problemas y no podía ayudarla. Golpeé varias veces la puerta y la última con todas mis fuerzas, sin embargo el metal no cedió, sólo una abolladura conseguí.

Escuché el quejido de Terra al despertar y me volví hacia ella. Lucía desaliñada y con su mirada furiosa sólo me avisaba que se desquitaría conmigo por dejarla inconsciente. Me puse en guardia ante cualquier amenaza, no obstante ella sólo se quedó quieta quizás maquinando un plan. De pronto sentí unas punzadas en mi cabeza y el dolor se volvió una constante. Caí de rodillas y sentía mi piel arder como si ácido hubiera caído en ella. No pude evitar gritar y caí completamente hacia el suelo retorciéndome por el dolor.

―Parece que aún hay algo de toxina en su sistema ―escuché a lo lejos, era Psimon aunque no podía siquiera prestarle atención debido a la tortura que me causaba respirar. La cabeza me dolía demasiado y las voces de mis pesadillas volvían a atormentarme.

―¿No pudiste hacer eso desde el principio? ―logré oír a Terra molesta entre esas voces, las cuales conforme incrementaban de volumen, el daño también lo hacía y recorría más partes de mi cuerpo.

―Estaba ocupado, además no estaba seguro cuánto tiempo la toxina estaría dentro de nuestra paciente cero.

Fue lo último que pude escuchar antes de desmayarme por el dolor.

Teen Titans: Alucinaciones de venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora