XIII- Petrificado

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(POV Robin)

Escalón tras escalón subía de un piso a otro con la respiración agitada. Recorrí el vestíbulo con alta velocidad llegando a la gran puerta que me separaba del exterior, empujándola de golpe y consiguiendo que un brillo cobrizo me cegara momentáneamente. Mi corazón estaba acelerado, la preocupación me carcomía por dentro y la necesidad de verla sana y salva era lo único que me motivaba a seguir corriendo.

Di varios saltos para avanzar más rápido mientras buscaba una señal de los Titanes. Cuando logré divisar el campo de pelea me acerqué hasta Cyborg quién removía arena con dificultad y desesperación. Vi la bota de Chico Bestia sobresaliendo de toda esa tierra y no dudé en ayudar a Cy a desenterrarlo. Al sacarlo checamos su pulso, era débil pero podríamos estabilizarlo en la enfermería.

―¡¿Dónde está Star?! ―pregunté angustiado buscando en nuestro entorno alguna señal de mi novia.

―Fue enterrada con nosotros ―dijo mi amigo escarbando a un costado de nuestro compañero.

Quitaba tanta arena húmeda como podía pero al no encontrar una señal de mi pelirroja el pánico comenzaba a implantarme ideas que sólo me inquietaban más. Tenía un mal presentimiento, su cuerpo no aparecía y su localizador no estaba funcionando. Tan pronto acabamos de quitar la tierra con la que Terra los había atacado, confirmamos que ella ya no estaba aquí.

Ordené a Cyborg que fuera rápido a la enfermería y tratara a nuestro compañero para mejorar su situación, además Raven también lo necesitaba ahí; no podía permitir que alguien empeorara. Yo me encargaría de buscar a Star; necesitaba hacerlo de inmediato puesto que sí se la habían llevado no deberían estar tan lejos.

En la arena había muy pocas huellas aunque las suficientes para marcar una posible ruta. Conforme avanzaba las pistas señalaban sólo una dirección: la parte boscosa de la isla. Me adentré entre los árboles y supe que iba en el camino correcto cuando noté algunas marcas de fuego asociándolas inmediatamente con los starbolts. Me apresuré a seguirlas, si Starfire estaba defendiéndose tendría que apoyarla lo más rápido posible.

Subí a las ramas de los árboles columpiándome y dando saltos entre éstas para tener una mejor vista del campo, esto ocasionó que una serie de pájaros salieran volando ante mi intromisión. La zona lucía calmada, el aire era fresco y los rayos anaranjados del amanecer traspasaban el follaje dificultando mi visión. No había sonidos más que el de algunas aves e insectos.

Era un lugar hermoso en otras circunstancias. Un pequeño bosque en donde relajarse era una actividad fácil aunque en esta ocasión el estrés tomaba iniciativa. Un lugar tranquilo en donde Starfire solía descansar y recargarse de energía cuando el amanecer era lo bastante prometedor, como ahora, que hacía resplandecer todo el lugar con un brillo dorado acompañado de las sombras de grandes árboles.

Un bonito recuerdo en donde logré estar presente en algunas ocasiones apreciando la belleza del cielo y la tierra; apreciando la belleza de mi mejor amiga y la alegría que desbordaba su sonrisa en ese baño de sol; viendo cómo amaba estar aquí en la Tierra incluso más de lo que lo hacía yo. Y como si fuese uno de esos días, logré distinguir su silueta a lo lejos entre tanto destello anaranjado y troncos inundados de hojas. Ella estaba de espaldas pero eso no me impedía reconocer su cabello y su figura. Salté con más velocidad, acercándome con el corazón acelerado, ansioso por estrecharla entre mis brazos.

Di un último salto con voltereta para caer delante de ella. Levanté mi vista sólo para ser golpeado por una realidad escalofriante; frente a mí se encontraba uno de mis peores miedos. Las manos me temblaban, me había quedado sin habla y caí de rodillas perdiendo las fuerzas. El mundo se me venía abajo, mi corazón parecía haberse detenido y el sentimiento que invadió mi pecho provocó que mis ojos comenzaran a lagrimear por el dolor.

Teen Titans: Alucinaciones de venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora