Capitulo 5

684 61 7
                                    

El partido empezo con un saque de Hinata, venía en mi dirección, mis manos ya empezaban a temblar. Estire los brazos recibiendo la pelota mandandola hacia el lugar del armador, Suga la levantó y Tanaka fue quien remato. Si no fuera porque la pelota venía a mis brazos no le abría pegado.

Al otro lado de la cancha Asahi recibió el remate de Tanaka mandandola a las manos de Kageyama, Tsukishima fue quien remato está vez, en un abrir y cerrar de ojos la pelota estaba viniendo a mi dirección, solo tenía que moverme un poco y agacharme pero mi cuerpo no me respondía, estaba paralizada.

No debía haber dicho que si, yo estaba bien ahí afuera, no puedo hacer esto. Yo no sirvo para jugar, solo es un paso pero estaba aterrada.

Cuando creí que ese punto estaba perdido Nishinoya apareció frente mío lanzándose hacia la pelota levantandola, se levantó rápidamente, me miró sonriendo mientras levantaba su pulgar. Sus palabras vinieron a mi mente, no estaba sola.

Creí que tal vez ese gesto me abriría los ojos y empezaría a jugar con normalidad pero no fue así. Mientras más avanzaba el partido menos tocaba la pelota, Nishinoya más se tiraba al suelo golpeándose para salvar el balón mientras que yo estaba pegada al suelo. Todos se estaban esforzando por mi, Daichi, Suga, Tanaka, Noya, Yamaguchi; no puedo hacer esto.

Kageyama levanto la pelota para Asahi, podía leer en sus ojos la dirección del remate, iba a caer frente mío al igual que esa vez. Recuerdos de ese partido vinieron a mi mente, como no llegue a esa pelota, el rostro de esa chica al saltar…todo ese ruido y el dolor que vino después.

—No, yo no puedo hacer esto —hable al mismo tiempo que la pelota impactaba en el suelo, Noya se deslizaba para alcanzarla. Él me miró, mi vista empezaba a ponerse borrosa; quería llorar— Lo siento.

Me sentía frustrada porque a todas esas pelotas yo pude salvarla pero mi cuerpo no me respondía, el miedo estaba siendo más grande, el miedo a sentir ese dolor nuevamente. Mi respiración se empezó a acelerar, me dolía el pecho, todo mi cuerpo temblaba y el aire me faltaba; caí sentada en el suelo, apoyando mis codos en mi rodillas escondiendo mi cabeza entre mis brazos. No era la primera vez que me sentía así, solo debía calmarme.

Alguien agarró mis manos dándole un leve apretón, levanté la vista de a poco y ahí estaba Nishinoya sentado frente mío agarrando mis manos mientras sonreía, detras de el se encontraban todos los demás.

—Tranquila —hablo despacio.

—Yo no puedo jugar, ya no —mi voz salía temblorosa y el nudo en mi garganta cada vez era más grande.

—Si puedes, lo estás haciendo bien.

—No —negue— lo único que hice fue quedarme parada mientras ustedes se tiraban y terminaban golpeándose por mi culpa. Yo no puedo jugar.

Lagrimas empezaron a caer por mi mejillas, solo quería irme a mi casa a llorar. Ya no podía estar acá. Daichi y Suga se pusieron de cuclillas a cada uno de mis lados poniendo una de sus manos en mi hombro, me sentía realmente pequeña estando con ellos.

— Levántate y juega —la voz de Daichi era firme— No dejes que el miedo gane porque así nunca podrás avanzar, te he visto jugar con los chicos en la hora del almuerzo y realmente sos buena. No dejes que ese miedo estanque tus sueños.

Mordí el interior de mi labio para evitar echarme a llorar en ese momento, Daichi siempre que hablaba daba justo en el clavo, sabía que decir y como animar a todos además de que inspiraba confianza, realmente era un muy buen capitán.

—Ademas esto es solo una práctica, todos vamos a cometer errores. Lo importante es que todos nos divertimos —Suga sonrió— Somos un equipo, ninguno va a dejar que te pase nada.

Todavía puedes volar (Nishinoya Yuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora