La oscuridad comienza a surgir poco a poco hasta llegar a oscurecer por completo el corazón. . .
La orden del Fenix. . .
Una orden secreta creada por Al bus Dumbledore para luchar contra El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.
Kiohn Phoenix Regina Weasley come...
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Lunes nuevamente. . . Cada día que pasaba se me hacían eternos por la presencia de Dolores Umbridge en hogwarts. . . No sé cómo lograré Sor portar más su presencia, y sólo escuchar su linda voz me dan las ganas de lanzar un hechizo imperdonable. . .
Una noche que regrese A ver dime último castigo con nombre alguien me tomó de mi brazo con gran brusquedad arrastrándome a un salón vacío en la noche.
─¡Que demonios te pasa!─lo confronte al tenerme acorralada a la pared
─A mi, y que hay de ti─me miro enojado─Tan rapido me olvidaste pequeña Regina
─No me hagas reir idiota─lo mire con más intencidad─Tu fuiste quien levanto el muro entre nosotros. Tu fuiste quien se alejo no yo, y ahora corres hacia mi como un perro para hechar me la culpa─mire directo a sus ojos y se veian dolidos─Así no son las cosas, has me un favor y a partate de mi
─Regina por favor─me miro suplicante
─No─le di una mirada fria─Las cosas no son así...─estuve a punto de llamar lo por su nombre pero alguien se hacer cava
─¿Quien anda ahi?─era Flich
Flichhabia entrado al aula donde estábamos junto con la señora Norris.
El y yo nos encontrábamos escondidos dentro de un baúl, lo suficientemente grande para ambos, Aunque cabe mencionar incómodo y más por la posición en que nos encontrábamos Y si alguien no se encuentra así cualquiera lo podría maltratar de otra forma. Él estaba abajo y yo arriba de él mi corazón latía con rapidez porque se ponía. Mientras él y yo no hacíamos absolutamente nada de ruido la señora Norris se acercaba al baúl maullando avisándole Flich sobre que había alguien adentro. . .
─¿Que sucede señora Norris?─Flich le pregunto a su gata─Hay alguien ahí
Flich se estaba acercando pero unas pisadas de mujer lo interrumpieron de su trabajo.
─Sr. Flich─era la voz de Umbridge─Necesito su ayuda
Me removí un poco Y al hacerlo sin ti algo debajo de mí quédate palpitaba subes. Cuando volví a moverme un poco higinio y sus mejillas se tornaron a rojas.
─Lo siento...
Le susurre, Pero entre más el tiempo pasaba su erección rozaba mi parte intima, logrando causar una sensación extraña pero agradable a su vez. Lo negativo de esto era que Umbridge y Flich aun no se iban. . .
