Capítulo 8

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—Hyung, huele a quemado.

—¡El arroz!—grita.—Felix-ah, por favor sostén a JeongIn.—pide rápidamente a su sobrino y en su desesperación, el niño deforma su cara en una mueca asustada. Toma a su primo por las axilas.

Solo a MinHo se le ocurre bañar a JeongIn mientras cocina.

Corre y apaga la estufa, el humo casi lo asfixia. Tose, el niño a su lado también lo hace. Su olla está arruinada. Suspira frustrado.

—Hoy solo comeremos ramen, ¿Te parece?—le habla a JiSung, voltea a mirarlo. Frunce el ceño al ver a los tres niños ahí. Sabe que SeungMin estaba en el baño y tranquilamente pudo darles el encuentro, pero...—Felix-ah, tú debes estar con JeongIn...

—Ah, sí, lo dejé sentado en la tina.—responde tranquilamente.

—¡Él aún no puede sostenerse!—exclama.

Corre hacia el cuarto para socorrer a su hijo, tropieza con la alfombra, pero se levanta rápidamente. Ahí, en el suelo, está su pequeño ahogándose.

Lo saca del agua, tose fuertemente. Señala la toalla para que cualquiera se la pase, SeungMin le cumple el favor. Lo envuelve como puede en la tela mientras lo acalla. Lo voltea y palmea su espalda, bota toda la leche que consumió en la mañana. Llora por el susto, grita, pero MinHo se siente más tranquilo. Limpia sus pequeñas lágrimas con los dedos.

—Lo siento, hyung, lo siento mucho.—pide el pecoso. Asiente y acaricia sus cabellos, también está llorando.

Ah, que baño tan agitado.

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—¿Por eso está tenso? Oh, pobre Innie, se debió sentir muy asustado. Lo mimaré mucho para que se sienta mejor.—dice mientras le deja besitos en su rostro.

—Es algo de lo que nos reiremos en un futuro.—da un sorbo a tu taza de café.—Una buena anécdota para contarle a los nietos.

—Tu hijo ni siquiera cumple el primer año internacional y ya estás pensando en nietos.—se burla, ambos ríen.

—¿Qué tiene de malo que piense en el futuro?—las risas de su novio incrementan, tanto así que hacen reír al pequeño Innie.—Mira, a JeongIn le emociona la idea. ¿Cierto, mi amor?—pregunta con una voz dulce que solo emociona más al bebé.

El timbre suena. MinHo se dirige a la puerta para abrirla. Su sorpresa es grande al ver a sus suegros del otro lado.

—¡Hola, MinHo-ah!—saluda la mujer.

—Noona, hyung. Que sorpresa. ¡Chris! ¡Tus padres están aquí!—levanta la voz.—Oh, pasen, por favor.—se hace a un lado para dejarlos entrar, Chan llega rápidamente.

—¡Innie!—saluda la mujer, se acerca al bebé y extiende sus manos, pide cargarlo.

—Primero saluda a tu hijo.—reclama el varón entre risas.

—A mi hijo lo he visto más veces que a mi nieto, déjame mimar al bebé.—se queja. Los otros dos ríen por el rostro ofendido del pálido.—Ven, Innie, ven.—el niño se esconde en el pecho de su papá.

—Anda con la abuela, Innie.—le invita su padre varón, y el niño parece tentarse, pero vuelve a esconderse en el pecho.

—No la recuerda, parece.—acota MinHo.—Lo siento.

—No, no. Está bien, no nos ve casi nunca, es normal.—tranquiliza el suegro.—Vinimos por unos documentos, no nos quedaremos mucho tiempo, solo pasamos para visitar. Iremos a buscar un hotel.

Primerizos | BangKnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora