Primerizos | BangKnow

Capítulo 17

Está viendo la televisión. Los cuatro chicos en la pantalla bailan y cantan, MinHo le asusta un poco que esa canción se le quede pegado en el cerebro por días. De repente su rostro es girado y siente baba en sus labios.

—No, Innie. En la boca no.

A JeongIn al parecer le ha picado un bicho besador. A todo el mundo está repartiendo besos. A los niños que cuida, a sus padres, a RyuJin, a las mamás de RyuJin. Y realmente MinHo está cansado porque no le gusta tanto las muestras de afecto físicas.

—¿No?—el mayor lo sienta a su lado en el mueble.

—No, en la boca no se dan besos.—dice. Limpia sus labios con la manga de su chompa.

—Pa' Shan. Pa' Min, shi.—replica.

—Sí, porque papá Chan y yo somos grandes. Los grandes se dan besos en la boca, los bebés no.—le explica.—¿Entendiste?

—Shi. Boa no.

—Boca no.—repite.

—Aquí shi.—señala su propia mejilla.

—Sí, mejilla sí.—afirma.—Dilo tú: me-ji-lla.

—me-i-ia.—tararea.

—Me-ji-lla.

—Me-i-ia.

—Muy bien. Mejilla.—termina.—Bravo.—aplaude suavemente, a lo que JeongIn imita, aunque suavemente porque no ha desarrollado completamente su habilidad motriz.

Luego de esa pequeña clase, JeongIn se abalanza a su padre y escala su cuerpo para alcanzar sus mejillas y llenarlas de besos. Bajo los grititos del adulto.

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El bus se detiene. Chris hace una pregunta al conductor y sonríe.

—Este nos lleva, vamos.—le dice a su familia. MinHo se levanta del asiento del paradero y carga a JeongIn en sus brazos.

Sucede esto: Chan ha llamado a MinHo a medio día informando que debía alistar al pequeño JeongIn porque hay una feria nueva. Hay juegos para niños que Chris asegura hará feliz a su hijo y él daría todo por escuchar las risas de su Innie.

—Vas a estar tranquilo, Innie.—avisa.

El problema es que el viaje es largo, y los niños no se caracterizan por ser pacientes. Pasan 10 minutos cuando JeongIn se aburre y hace lo que cualquier infante haría, hacer un berrinche.

Comienza queriendo tirarse al suelo del transporte. Se remueve para que su padre doncel lo suelte, pero este pone tanta presión que solo lo irrita más.

—JeongIn, no.—quiere corregir.—Te estoy hablando, JeongIn.—es más brusco esta vez.

—Innie. Shh.—Chan lleva su índice a los labios.—Así, mira. Shh.—repite.—A ver, tú. Shh.

¡No! ¡No quiere hacer "shh"! ¡Quiere gatear, quiere jugar! ¡Está tan aburrido! Esto ocasiona gritos de aburrimiento en el menor, que termina en pataleos que lastiman las piernas de MinHo.

Chan busca calmarlo mientras MinHo se resigna. El mayor estira los brazos y JeongIn se lanza hacia él para ser consolado.

—¡Dios! ¡Callen a ese niño!—se queja alguien.—¡Es molesto viajar con esa bulla!

—¡Entonces ponte audífonos y concéntrate en lo tuyo!—se defiende el doncel. Chris le pide que pare con susurros.

—¡Ni siquiera los audífonos tapan esos lloriqueos! ¡Es tan molesto!