E

1.2K 159 5
                                    

Emilio caminaba por el enorme patio de la casa, en busca de su padre. Joaquín y los demás habia partido del lugar hace aproximadamente diez minutos. Antes de que Joaquín se fuera una empleada le aviso sobre la requisición que habia hecho su padre. Emilio se quedó algo estático al oír eso, pero al ver la mirada de Joaquín solo pidió el lugar donde estaría su padre. A lo cual la respuesta fue el campo de golf.

Y ahí se diría ahora, a ver a su padre. Su corazón latía a una gran velocidad. Se sentia asustado, la ultima vez que hablo con su padre a solas, fue cuando salió del closet, todo termino en un gran pelito. Uno en el cual, Emilio empaco sus cosas, y se fue a New York.

Solo.

Sin familia.

Sin amor.

Esos tres años en New York, lo hicieron sanar, su padre se disculpó a los días, le rogo que volviera a su casa. Con su familia. Pero Emilio se negó rotundamente. Y todo por un simple detalle.

Se enamoró.

Se habia enamorado en New York.

Y no pensaba volver a casa.

Pues su amor por New York se lo impedía. Esa ciudad logro ganarse el corazón de Emilio en tan sólo dos horas. Emilio se sintió loco al principio. Pues, estaba enamorado de una ciudad. Y no pensaba irse de ella.

Su lugar era en New York, no en Alaska.

––¿Querías verme? –– Pregunto Emilio al llegar frente a su padre. El cual lanzaba una pelota muy diminuta con un palo de metal.

––Tu mama me pidió que me disculpara–– Lanzo muy fuerte la pequeña pelota logrando que callera al mar. ––Según ella no fui el mejor anfitrión ayer, pero fue algo impactante tenerte devuelta, y más cuando nadie sabía que tenías...pareja...Así que...te debo una disculpa–– Extiende su mano hacia Emilio.

Emilio mira con suma duda la mano de su padre. Pero al final acepta el apretón de manos.

––La acepto––

––Y ahí algo más–– Toma otra pelota, la coloca en una buen ángulo, y la golpea fuertemente, logrando que la pelota callera nuevamente al agua. ––Estuve revisando mis trabajos, inicié todos estos lugares desde cero...y estuve pensando...que podrías––

––Ya lo hemos hablado papá––Interrumpe Emilio.––No me quedare aquí aun que me heredaras todo––

––¡Tienes muchas responsabilidades aquí! ¡He sido muy comprensible sobre tu aventura en New York! ¡Necesito que vuelvas a casa!––

––No pienso hacerlo, ¿Cuándo tomaras enserio, el hecho de que perezco a New York?––

––Cuando me muera––

––Lo lamento...Siento pena por ti...quisiera que tuvieras otro hijo, enserió, uno que quiera estar aquí, uno que tomara las riendas de la familia cuando tu no ya no estés, uno que quisiera casarse con alguien que tu consideras digno de tu familia...para mí no funciona eso, puede parecerte extraño pensarme en una vida en New York, sentado en una silla, leyendo libros...pero eso me hace feliz ¿Entiendes?...Y más ahora que tengo a Joaquín––

––Te hace feliz subir de puesto gracias a tu jefe–– Emilio frunció su ceño, y apretó sus puños.

––Escucha bien lo que te voy a decir...¡Amo a Joaquín! ¡Si subo de puesto es porque me lo he ganado! ¡Y te guste o no me casare con el!–– Emilio comienza a respirar agitadamente. ––Disculpa no aceptada–– Se da media vuelta y comienza a caminar, pero antes de irse totalmente se da la vuelta y mira a su padre. ––Y aquí entre nosotros... Joaquín es el hombre más digno con el que me podría casar...permiso–– Emilio se va con un nudo en su garganta.

>CONTINUARA<

LA PROPUESTA [EMILIACO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora