———————————————
CAPÍTULO 69
———————————————
Me desperté, por tercera vez aquella noche, aunque a diferencia de las dos anteriores—que habían sido por pesadillas—era porque me estaba callendo de la cama.
Decidi salir de la cama, y me puse la camiseta de Jake, que estaba en el suelo.
Me giro para mirar a Jake, y veo que literalmente no hay hueco en la cama, y supungo que si no me había caido antes, era porque estaba agarrada a él como un koala.
Empiezo a caminar hacia el baño frotandome los ojos, sin tener ni la más mínima idea de qué hora puede ser.
La luz del cuarto de baño me hace daño en los ojos, y me quedo mirandome en el espejo hasta que mis ojos se acostumbran a la luz.
Miro el reloj digital que hay en una de las estanterías. "8:30 a.m"
No se si fiarme de ese reloj, ni siquiera me acordaba de su existencia, pero decidí hacerle caso, y me metí en la ducha.
"¿Seguirá Josh aquí?" pesé, pero enseguida me di cuenta de que era imposible. Mis padres estarán durmiendo en la cama hinchable de Ben, y no hay más sitios para dormir en esta casa. Y dudo que Ben sea tan estúpido como para invitar a Josh sabiendo que Jake está en casa.
Suspiro y me quedo un rato sin hacer nada, bajo el agua caliente. Aun estaba tensa por mis pesadillas, no fueron pesadillas nuevas.
La primera fue Josh con Anna, en mi sueño seguía saliendo con él y veía como me ponía los cuernos con ella.
Y la segunda pesadilla me afectó más, era Phil encarcelado, diciendo una y otra vez "No te olvides de mi, señorita Jennifer"
Pensarlo me ponia los pelos de punta, echo de menos a Phil, y no saber donde ni en qué condiciones se encuentra me está volviendo loca.
Me aclaré el pelo y salí de la ducha.
Volví a mirar el reloj "8:47 a.m". Todavía era pronto.
Salí del cuarto de baño, y vi a Jake, que aún seguía durmiendo, me daba pena despertarle, asique me vestí rápido y salí de la habitación.
Pasé por delante de la habitación de Ben. La puerta estaba cerrada, pero podía oirle roncar como si estuviese a mi lado.
Bajé las escaleras y me asomé al salón. Estaba a oscuras, seguramente mi madre seguiría durmiendo.
Entré en la cocina, y vi a mi padre con la batidora, me habría sorprendido de verle, si no le conociese lo suficientemente bien como para saber que seguramente se había levantado hace dos o tres horas, había ido a entrenar a comprar a ducharse y estaría preparando su desayuno "post-entreno" como él lo llama.
—Buenos días mi pequeña madrugadora—dice levantando la mano, y yo le choco los cinco.—No me puedo creer que tengais tan pocas frutas y verduras, he tenido que ir a comprarlas yo.
—Si lo se, lo siento. Esque Ben y yo comemos bastante mál, la verdad—digo, recogiendome el flequillo hacia atrás con una orquilla que había en la isla de cocina. Mientras él sigue haciendo un batido
—Os aprobechais de que sois delgados y pareceis contenedores de basura, así estais los dos, en los huesos—Chasqueo la lengua, siempre la misma historia, mi padre está obsesionado con lo de "Mi cuerpo es un templo" y todo eso.—Ese novio tuyo, seguro que si sabe de lo que hablo, está muy en forma. ¿Quieres batido?
Yo asiento con la cabeza, mi padre hace unos batidos riquísimos, y después de todo un fin de semana sin ir a trabajar, me sentará muy bien energía y vitaminas.
—Dejale un poco a Jake, seguro que le gusta—Digo sentandome en la isla de cocina, mi padre me pasa el batido, y se apoya en la encimera con el suyo en la mano.
—Ese chico con el que cenamos ayer, ¿le conoces?—dice, y yo asiento con la cabeza. No me apetece que me recuerde a Josh.— La verdad es que es muy majo, pero es algo raro. Se pasó el día mirando a tu madre, pero no con cara de "Eh tio, que buena está" con una cara que no entendia bien. Fue extraño.
Me paré a pensar, lo primero que mi cerebro quiso pensar fue: "¿Y si es porque que le recordaba a mi?" Pero aparté rápidamente esa idea de la cabeza, y una nueva y más convincente la reemplazó.
El vestido.
ESTÁS LEYENDO
Tu perfección, mi perdición.
Novela JuvenilJennifer es una chica Española de 19 años, que decide irse a Los Ángeles a vivir con su hermano, para empezar una nueva vida. Jennifer conoce a Josh, un amigo de su hermano, que le demuestra que del odio al amor puede haber tan solo un paso. Ella s...