Tu perfección, mi perdición.

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CAPÍTULO 1

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Un jarrón volando, papeles por los suelos, y la mesa del salón tirada en el suelo. Fue lo último que vi cuando subí las escaleras corriendo para llegar a mi cuarto, y dar un portazo.

Me llamo Jennifer, me llaman Jenn, tengo 19 años, y vivo con mi hermano mayor en un pequeño duplex, en un mal barrio de Los Angeles. No soy de aqui, nací y me crié en España, mi madre es de España, mi padre de San Francisco. Él trabajaba mucho, y nuestra casa estaba en España, pero mi padre se pasaba la mayor parte de su tiempo en San Francisco. Cada años, uno de los dos se llevaba a uno de sus hijos a su casa. Así es como apenas veía a mi hermano, solo por las vacaciones. Y no nos llevamos muy bien.

El jarrón, la mesa, y los papeles. Sin duda es mi culpa. Vivimos del dinero que nos mandan nuestros padres. El tiene su parte, y yo la mía, pero como él es el mayor, es quien lo recibe, y luego lo reparte.

¿El problema? Que se ha gastado mis 500$ en una televisión para su cuarto.

Después de un buen rato, no oigo ruido abajo. Dudo que haya tenido la suficiente puntería para haberle dado con el jarrón, pero aún asi me preocupo y bajo.

-¿Ya no estás de mala hostia?-Me pregunta riendose.

-Sigo teniendo ganas de arrancarte la cabeza.

-¿Pero por qué te importa tanto que me compre una tele? Yo limpio, cocino, pago las facturas... ¡¿Y te quejas por una vez que el capricho es mio, y no de la niña mimada!?-En el fondo se que tiene razón, no doy un palo al agua, lo hace todo mientras me gasto todo el dinero en ropa, pero no lo pienso admitir, no le voy a dar la razón.

-Agg!! Muérete.-Digo, y con mucho orgullo, doy media vuelta para subir las escaleras, pero se me olvida por completo que hay un pequeño escalón y me caigo dando con mis labios en el borde de una escalera.

-¡JAJAJAJA!- Oigo a mi hermano reirse escandalosamente de mi.- ¿Estás bien?- Dice, aun riendose.

-¿Ahora te importa si estoy bien? Espero haberte entretenido.

-Deja de quejarte, tonta. Valla mal humor. Estás sangrando. Ven al baño, voy a curarte.

Le quiero, es mi hermano mayor, y se encarga de mi como si se tratase de una niña pequeña. Hemos perdido mucho tiempo juntos, pero se esfuerza por recuperarlo.

Me lleva al baño y saca el botiquín y me echa agua oxigenada. Me fijo en su cara, porque está cerca de mi. tiene el pelo largo, color azabache, su frente despejada deja ver marcas de acné. Recuerdo que con 15 años tenia la cara llena de espinillas y estaba acomplejado, pero en cuanto se le quitaron, le hicieron un gran favor, mi hermano es guapo. Tiene los ojos grandes y marrones. Mide como 1,80, y es 3 años mayor que yo. Y va a clases de baloncesto, está en forma. En general, es un chico deseable.

-Ya está Jen, eres una torpe.

-Fué por tu culpa.

-Son las 10:30. ¿A qué hora tenias la entrevista de trabajo?

-A menos cuarto.

-Pues preparate, mas te vale conseguir ese trabajo. ¡Vaga!

-¡Cállate!-Digo levantandome y corriendo hasta mi cuarto.