Capítulo 16 Parte 2 "Amarillo Real"

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La mayor parte de la conversación no había necesitado palabras. La línea difuminada que no entendía Wei Wuxian se había vuelto más visible. Aún así, había como una bruma extraña. Su cuerpo se había movido solo. Parecía que las manos que habían acariciado el rostro de Lan Wangji entendían mejor lo que estaba ocurriendo que su mente.

—Lan Zhan. . . voy a hablar con el comité—le comentó con las palabras entrecortadas y cargadas de un aroma misterioso, como el viento frío que acaricia viendo una montaña nueva en un país lejano.

La fuerza que antes le estaba impidiendo irse cada vez se volvió más débil. Wei Wuxian aprovechó par mantenerse un poco a distancia. ¿Era así como pretendía solucionar todo? ¿Quería callarle con ese tipo de métodos?.

Mientras ordenaba su mente, no pudo evitar aclararle:

—Olvida esto. Lo siento. Yo no soy así.

En el rostro blanco de su compañero se podía apreciar un rubor rojo. Aunque mantenía la apariencia seria habitual no perecía ser la de siempre. Impasible le preguntó:

—¿"Así"?

Wei Wuxian creía haber dejado claro el énfasis. No podría atreverse a poner en palabras lo que había querido decir y menos después de lo que había hecho. No quería dejarse guiar por los impulsos, y aún así, había empeorado más la situación. Estaba convencido de que su compañero sentía asco por él:

—Lan Zhan, no quería hacer eso, ¿vale?. Olvídalo. Mira, me voy a hablar con el comité. Después no hace falta que hables más conmigo.

Se fijó en cómo su compañero bajaba la mirada rendido. De nuevo, parecía que tenía algo que decir, pero con miedo a que se enfadara demasiado Wei Wuxian solo se inclinó para irse de la habitación. Algo le decía que quedarse ahí iba a generar más confusión.

Cuando había vuelto a la sala del comité se dio cuenta de que él no estaba igual que antes.nLe venía a la mente el olor a sándalo y el sentimiento de peligro y emoción al tenerlo tan cerca. ¿Qué podía pensar Lan Zhan?. Menudo amigo era. Había cruzado una barrera que estaba ahí por algún motivo. Una cosa muy distinta era emborracharse y hacer bromas que estar completamente sobrio y aprovecharse así de alguien. Lan Wangji era alguien recto e impecable. Si hubiera sido un muro en blanco, él sentía que lo había manchado con sus manos. No podría volver a hablar con él. Y ¿qué era eso de cuándo le dijo que le juzgara a él como persona y no a su arte?. Mejor que juzgara su arte, porque si ahora opinaba sobre su persona. . . no quería saber la respuesta.

—¿Wei Wuxian?— dijo la voz del famoso Xiao Xingchen sacándolo de sus pensamientos.

—Ah. Buenos días de nuevo a todos—saludó con una reverencia.

Todos le volvieron a saludar y Wen Qing se levantó con un gesto extraño, como si fuera capaz de ver a a través de su mente:

—¿Has decidido ya?

Wei Wuxian volvió a recordar la conversación del hotel. Se dio cuenta de que el problema era que lo que había pasado no tenía en si una connotación negativa. ¿Porqué sentía entonces que habían tenido la mayor pelea desde que se conocían?

— Sí—respondió con la seriedad de un luchador que sabe que está a punto de poner en riesgo su vida en combate.

—¿Tomas la plaza?.

—No. Renuncio.

—¿Y Lan Wangji? ¿Está al tanto de todo?

—Sí. También renuncia.

—No es que haya tenido si quiera la oportunidad—le comentó Wen Qing con el rostro más serio que nunca— ¿Eres consciente de lo que esto supone?

De todos sus problemas, la plaza en la exposición universal no era el peor. Más que de lo supone rechazar algo así, no era consciente de lo que acababa de hacerle a Lan Wangji. ¿Quería tenerlo cerca? ¿Había querido siempre eso, nunca su amistad? ¿Le importaba él? ¿O le importaba su propia satisfacción? No había error. Se había cargado la amistad por ir demasiado lejos. Por creer a Jiang Cheng y por no pensar bien en las consecuencias de las acciones.

Xiao Xingchen añadió:

—¿Has tenido algún problema con él? ¿Te ha obligado él ha rechazar?.

Wei Wuxian se obligó a salir de sus pensamientos. ¿Tan mala cara tenía que parecía que le habían hecho rechazar su sueño?:

—Es una decisión conjunta. Si él no puede participar yo no lo voy a hacer. Tenéis derecho a echar a la gente del concurso pero la gente no tiene derecho a salir de él. . .Elegid a otro.

—¿Estás seguro de eso?—continúo Xiao Xingchen— Hay gente luchando por conseguir el puesto. No dudo que vayas a tener éxito, pero esto puede ser el impulso a la fama que necesitas.

—Tú lo has dicho, tendré éxito de todos modos. ¿A quién le importan estos concursos amañados? Espero que os arrepintáis de no haber elegido al que tendríais que haber elegido.

Xiao Xingchen abrió la boca para hablar, pero Wen Qing le indicó con la mano que parara:

—Te puedo permitir que rechaces esto. Pero no te voy a permitir que faltes al respeto al jurado y al concurso.

Los humos se estaban alzando en la sala. Algo había explotado en el interior de Wei Wuxian. Ya hacía tiempo que había dejado de sentir pasión por lo que le gustaba. Entró tarde a la universidad, y, aunque se consiguió adaptar bien, su arte seguía siendo errático y vacío. La gente a su alrededor no veía esto, porque estaban cegados por la perfección de la técnica. Cualquiera que entendiera de arte pronto se daría cuenta que en realidad sus representaciones estaban huecas. No había nada de su espíritu en ellas. Aunque practicara horas solo conseguía frustrarse más. Sin embargo, los últimos meses parecía que la frustración se había aligerado. Aún no conseguía llenar el vacío de su espíritu pero al menos pintar ya no le causaba tanto dolor.

Parecía que toda esa frustración había vuelto a él y acababa de explotar:

—Este concurso es para que los mediocres que creen que entienden de arte aplaudan a los artistas inútiles. No voy a participar en esto.

Wen Qing parecía a punto de explotar:

—¿Sí? Buena suerte con eso. Te hemos intentado dar una oportunidad después de lo que hicisteis. Está claro que eres un desagradecido.

—Muy bien—comentó mientras buscaba la salida—Suerte juzgando a los demás.

Ninguno de los dos jueces le dijeron nada más.

Wei Wuxian volvió a su habitación. Para su sorpresa no estaba su hermano, así que pudo tumbarse en la cama y cerrar ojos.

Pensó para sus adentros que el mundo era cruel.

Y también pensó en dejar el arte.

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100 de 100 | Mo Dao Zu Shi | Universidad AU (Wangxian) ((PAUSADA))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora