Anabel
El baile había llegado y estaba muy nerviosa, habíamos decidido que la temática de este año para Halloween sería el Fantasma de la Ópera, no estaba nerviosa por eso, sino porque Yago, el hermano de Andy, iba a estar controlando una de las mesas.
El profesor de química se había puesto malo y él se había ofrecido voluntario cuando Andy le comentó que sin una persona custodiando la mesa de las bebidas no nos dejaban organizar el baile.
Desde que pasé el fin de semana con mi nuevo novio que no lo había vuelto a ver, pero todavía tenía esa sensación de desconcierto cuando sentí su mano sobre mi muslo.
Me dio un calambre, me quejé y él no dudó en masajearlo para aliviarme, introduciendo la mano entre ellos y subiendo peligrosamente hasta el límite de lo moralmente correcto. Fue extraño, el lugar donde puso su mano me ardió, el aliento se me cortó y cuando nuestros ojos se encontraron lo miré totalmente desconcertada.
—¿Estás bien? —asentí sin poder pronunciar palabra. Él me ofreció una sonrisa ladeada que todavía me revolucionó más, si cabía. Llevaba muchísimo tiempo enamorada de Andy en secreto, fijándome en él, creyendo que no tenía posibilidades. Y ahora que salía conmigo... ¿Me ponía nerviosa Yago?
Era mayor, masculino, de modales exquisitos, inteligente y muy locuaz.
Con Andy me sentía cómoda y con él tenía vértigo. Era como asomarse a un precipicio sin cuerda. El estómago se me encogía y rebotaba en mi garganta.
Todo el fin de semana estuve teniendo la misma sensación, cada vez que estaba cerca mi cuerpo se encendía como si me hubieran instalado un radar capaz de detectar su presencia, cosa que no me ocurría con Andy. Con él todo fluía como si de pronto encajara y mi lugar estuviera entre ellos.
Su madre me ofreció la habitación de invitados, estaba encantada de que por fin, Andy trajera una chica a casa y más una como yo. Si supieran mi realidad, la que ocultaba mi entrepierna, igual no se sentían tan satisfechos.
Mi novio me había dicho que su familia eran una panda de homófobos estirados, que era mejor no comentar nada, para ellos sería quien me siento: Anabel, y nada más,cono tenía que ser.
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La Profesora
RomanceUn lugar en mitad de la nada. Una mujer a quien le gusta jugar con fuego hasta quemarse. Un instituto de lo más inusual que busca nueva profesora. Y un director con demasiadas cosas que esconder. Si te gusta el erotismo, la intriga y las altas carga...