Nuestra Infidelidad (Bakugou Katsuki x tú)

Hogar de alianza

Bakugou Katsuki

—¿Bakugou?— Preguntó al estar envueltos en aquella noche estrellada, después de haber jugando como niños en los columpios, con completo nerviosismo mudo

—Solo cierra la boca por un segundo— Dije, callando incluso mis propias inseguridades.

Ella miraba atenta todos mis movimientos, sé que ambos sabíamos muy bien lo que vendría, pero ninguno de los dos se retiró. Mirando los labios del otro, juntos cerramos los ojos, dedicando toda nuestra concentración al roce de nuestros labios.

Lamí con suavidad sus labios pidiendo permiso y ella abrió su boca como respuesta positiva, el beso se intensificó, como el apretón de su mano que sostenía mi camisa, se sentía jodidamente bien.

La tomé en un abrazo para levantarla del césped, sin poder detener mi nueva adición y la senté sobre mis piernas. La sensación de su suave mano sobre mi mejilla, intentando desesperada tener más profundidad y contacto conmigo, solo nublo más mi juicio.

Con mi mano derecha sosteniendo su nuca, mi mano izquierda comenzó a acariciar su cintura hasta llegar al borde de su camisa y con agilidad divago debajo de sus prendas, pero algo que aún no puedo explicar sucedió.

Fue como si ella hubiera despertado de una pesadilla, sus ojos se llenaron de lágrimas y susurro un pequeño —Lo siento...— Para levantarse e irse, dejándome ahí, con un sentimiento que jamás había experimentado, como un fuerte puñetazo en la cara.

¿Por qué tuve que darle esa cosa? ¡Mierda! Debí verme jodidamente desesperado.

Mi teléfono comenzó a vibrar sobre el buró, a un lado de mi cama, lo tome de mala gana y aquel apodo aleatorio en la pantalla me hizo saber que se trataba de ella.

—¿Bueno?— Respondí el teléfono.

—Bakugou...— Me alertó escucharla con la voz quebrada y suspirar, con el sonido de autos pasando a gran velocidad de fondo.

—¿Qué te pasa?— No pude evitar sonar preocupado, se suponía que la había dejado en el hotel, no debería estar en la calle a las doce de la noche.

—¿Puedes venir por mí? Por favor...—

—¿Dónde estas, idiota?— Me puse de pie, buscando mi ropa y medio cambiándome

—En el centro, frente a la máquina de sorpresas, donde estuvimos esta tarde— Tomé mis llaves y salí del departamento, cerrando la puerta.

Subí a mi vehículo —Esperame allí— Colgué al instante para encender el auto e ir allá lo mas rápido que pude.

—¡Bakugou!— Y ella estampó su cuerpo contra el mío, haciendome sentir un alivio indescriptible al saber que estaba bien.

—Lamento haberte molestado, fuiste el primero en quien pensé— Murmuro entre lágrimas y suspiros pesados

Desesperado de no poder entender bien sus palabras, tomé sus hombros y la separe de mí —¡Deja de llorar! Y dime que te paso, deberías estar en tu estupido departamento ahora—

—Ellos estaban ahí, Izuku realmente la ama, él se lo dijo— Las lágrimas en su rostro calaron en mi pecho ¡Mierda!